Oportunidad única e irrepetible

Todas son conjeturas, especulaciones y supuestos, dicen exfuncionarios del pasado gobierno envueltos en casos de corrupción. Según sus argumentos gozan de una inocencia acrisolada. Sin embargo, los indicios aumentan por días y su situación se hace más precaria. A varios de los involucrados solo les queda echar mano a las garantías procesales propias del Estado de derecho que la Constitución ampara.

El destino de nuestra sociedad pasa por el apego o el desapego de la Función Judicial a las leyes y normas, a su espíritu y alcances. Si en estos terrenos los fiscales y los jueces no actúan con rigor y sin privilegiar a nadie, la democracia tendrá entre nosotros un destino incierto y la historia pasada y la de hoy volverán a repetirse. Tendremos abundantes casos como los de Odebrecht y Petroecuador.

La corrupción y la inestabilidad política tendrán un nuevo aire. Ese desgraciado ‘triunvirato’ nos marcará el rumbo de todos y cada uno de los ecuatorianos nacidos y los que están por nacer. La de hoy es una oportunidad histórica de sentar las bases de un país que sea gobernado por sus leyes y su Constitución y no por los caprichos, ineptitudes y ‘sueños de grandeza’ de algún nuevo líder mesiánico.

La Constitución de Montecristi en su artículo 168 precisa que “los órganos de la Función Judicial gozarán de independencia interna y externa. Toda violación a este principio conllevará responsabilidad administrativa, civil y penal de acuerdo con la ley”. La de ahora es una única oportunidad e irrepetible para instaurar de una vez un ambiente de confianza en la Función Judicial.

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Siempre se paga demasiado. Sobre todo por las promesas. No existe promesa que sea una ganga.” Cormac McCarthy Escritor estadounidense (1933)

Mi deseo no era tanto ser ayudado como recibir los medios para ayudarme a mí mismo”. Charlotte Brontë Novelista inglesa (1816-1855)