Todos somos africanos

Jaime Durán Barba

Los ‘homo sapiens’ aparecimos hace unos 300 mil años, llegamos a Europa y Asia hace unos 60 mil. Nuestra entusiasta sexualidad, parecida a la de nuestros parientes más cercanos, los ‘bonobos’, nos llevó a engendrar incluso con otras especies. En Europa tuvimos hijos con ‘neardenthales’ que, a pesar de ser híbridos, se reprodujeron y dejaron en los europeos un 4% de genes de esa especie.

Los pueblos originarios que sobreviven están en el sur de África cerca de Etiopía. Si eso nos ocurrió hasta con otras especies las ideologías basadas en la pureza racial de los arios o de cualquier otra raza son delirantes. Siempre fuimos nómades, promiscuos, nos mezclamos hasta con otras especies y por eso terminamos ocupando toda la Tierra.

Antes de que terminara la Edad del Hielo algunos asiáticos pasaron a América, avanzaron por todo el continente y dieron origen a innumerables culturas que chocaron con las de millones de europeos, africanos y asiáticos que llegaron después del descubrimiento de Colón. Con el tiempo todos se mezclaron entre sí y surgimos los latinoamericanos

En dos regiones se encontraron con pueblos sedentarios: Mesoamérica donde existían cientos de culturas vinculadas con la lengua náhuatl, y en la zona andina, donde vivían otros grupos vinculados al kichwa. Se creó el mito de que eran pacíficos porque eran agricultores, habían domesticado el maíz, la papa y tenían un interesante desarrollo cultural.

Chocaron también con grupos nómades agresivos como los comanches, los siux, los apaches y los araucanos, cuando incorporaron al caballo a sus culturas. La historia nos dice que nada bueno sale de fomentar la violencia y la muerte, ojalá algunos despistados de buena voluntad no caigan en la tentación de hacerlo.

*Profesor de la GWU. Miembro del Club Político Argentino.