En el fondo

CARLOS TRUJILLO SIERRA

Todo en el campo de las posibilidades, en lo más hondo de su conciencia, adormilada y todo, usted está de acuerdo con la consulta que se avecina. Inclusive, puede llegar a renegar –si no fue un beneficiario jugoso que añora los últimos 10 años, de esos últimos 10 años que amargaron la vida a una gran mayoría. Muchos se preguntarán, de qué gran mayoría estoy hablando. Hablo de ese 75 a 80% que, según las encuestas, apoyan el Sí a las preguntas consultadas.

Lo que queda es una minoría -bastante reducida- que va del 25 a menos del 10% que todavía prefieren -el no tan defendido, No, por parte de AP y el todo, o íntegro RC. Recordemos, él nunca se equivocaba, tenía varios títulos de cuarto nivel y 15 títulos de Doctor Honoris Causa. Si tuviera tiempo y espacio les contaría la cantidad de tiranos energúmenos que recibieron esa clase de títulos, hubo uno que se comía las partes más delicadas de los cuerpos asesinados de sus enemigos. Y añado no hay tirano sin enemigos.

Cuando desaparecen deudas, ahora se sabe que nadie tiene idea de dónde está un contrato internacional (con los chinos), parece que ni el Servicio Nacional de Investigaciones –que fisgoneaba a muchos- tampoco tiene idea. Con tanto informe maquillado e intervenido estéticamente, perdemos la fe hasta en las estadísticas honradas; la percepción es -recuerden la percepción oficial, montones de terroristas, de mentirosos, de calumniadores, de traidores y mediocres- y esto está siendo comprobado y documentado.

Estoy escandalizado, todavía llego a escandalizarme, de las declaraciones de ministros y ministras sobre la coordinación y dirección de bandas criminales comunes (asaltantes en grande, narcos, asesinos) que desde el interior de las cárceles públicas, todas con personal escogido y nombrado por instancias gubernamentales, dirigen a bandas delincuenciales. Alguien habla de los derechos de las personas privadas de la libertad (PPL). ¿Dentro de los derechos está la posesión de teléfonos inteligentes y computadoras que aparecen al interior de los centros de reclusión?

Son las mismas herramientas usadas por los investigadores perseguidos por el gobierno anterior y en ese caso incautadas sin ninguna autorización legal. El criminal al atacar a la sociedad, está rechazando, renunciando a muchos de sus derechos.

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