El trabajo informal engrosa las filas del subempleo

CIFRAS. Más de un millón de personas se ganan la vida en empleos informales. Los vendedores ambulantes usan las calles como si fueran un escaparate.
CIFRAS. Más de un millón de personas se ganan la vida en empleos informales. Los vendedores ambulantes usan las calles como si fueran un escaparate.

Apenas el 21,7% de los subempleados trabaja en el sector formal. La gran mayoría alimenta la informalidad.

El subempleo, que en los últimos trimestres había mostrado incrementos importantes, y se ubicó en septiembre de este año en 20,5% de la Población Económicamente Activa (PEA); es decir, que un total de 1’679.858 personas laboran menos de la jornada de ocho horas y perciben menos del salario básico.

De este 1,6 millones de personas, solo el 21,7% trabaja en el sector formal (364.524 personas), mientras que el 69,7%, unas 1’171.000 personas, son trabajadores informales. El restante 3,1% se ubica en el empleo doméstico, lo que equivale a 52.075 personas que laboran en casas y ganan por horas.

De acuerdo con las cifras del Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censos (INEC), la informalidad es superior a la de un año atrás, cuando la tasa se ubicó en el 64,8% y sumaba 1’011.101 personas. Dicho de otra forma, en un año, casi 160.000 personas engrosaron las filas del trabajo informal.

Informales como Vinicio Roca, quien vende empanadas en un puesto improvisado en el centro de Quito. Cuenta que las opciones no son muchas cuando se busca un empleo a tiempo completo y por eso buscó en el trabajo informal.

“Llevo menos de un año en este puesto, mi esposa prepara las empanadas y yo las salgo a vender a dólar cada una”, cuenta. “No fue mi primera opción, pero la necesidad es más. De algo se tiene que vivir y cuando se tiene familia no se puede dar el lujo de ponerse muy exigente. Se debe llevar el pan a la casa”.

Otro caso de trabajo informal es el de Elizabeth Casares que vende sánduches y café a las afueras de una universidad. “Trabajaba de taxista, usando con una aplicación, pero por las deudas me tocó vender el carro. Las cosas se complicaron, el dinero se acabó y no puedo quedarme quieta. Por eso las mañanas vengo a vender sánduches y las tardes me dedico a la casa mientras mi esposo se va a su trabajo en un almacén”, cuenta.

DATO
A nivel de ciudades cabe existe un importante incremento del subempleo. En Guayaquil subió del 19,9% al 24,1; y, en Machala, de 16,5% a 22,2%. Las tasas de subempleo de ambas ciudades son mucho mayores que las de Quito y Cuenca, que se ubicaron en 7,5% y 10% respectivamente.La Corporación de Estudios para el Desarrollo (Cordes) considera que las últimas cifras confirman que el crecimiento económico que viene reportando en los últimos trimestres el Banco Central “no está acompañado por una mayor demanda de personal por parte de las empresas, lo que resulta consistente con la sostenida caída de la inversión”, cita un análisis del organismo.

Para este organismo cifras como el del subempleo y la infomalidad dan cuenta de “las malas condiciones actuales del mercado laboral en Ecuador”, cita un análisis de Cordes, que asegura que el incremento de la informalidad al cierre del tercer trimestre ubica a esta tasa en su punto más alto desde que se tiene información comparable. (LGP)