Preguntas más, preguntas menos…

SHAKESPEARE ABARCA CORDOVA

Se dice que entre las preguntas seleccionadas por el presidente Lenin Moreno para la Consulta, no están algunas sobre temas que parecían de segura constancia en el citado cuestionario a ser contestado por el pueblo.

Podríamos enumerar una variada lista de esos temas, comunicación, educación superior, producción, justicia, impuestos, etc. Pero ya conocemos que el estilo del Presidente Moreno no es el de bruscos timonazos, sino el de ir tensando las cuerdas poco a poco; al menos así lo queremos ver los más optimistas.

Sectores como el indígena, eternos guardianes de la Pacha Mama, se enfilan por ampliar las dos preguntas relativas a la conservación de la naturaleza, específicamente la pregunta que busca regular la explotación minera, la preocupación es fundamentada, no obstante, es mejor lo planteado en la pregunta, que la forma como se lo venía haciendo.

Hace pocos días en “Visión 360” nos pudimos enterar de esa guerra silenciosa que se estaba dando en la cordillera del Cóndor, este Diario se hizo eco de aquella triste situación, humildes hermanos ecuatorianos en desigual lucha por conservar la tierra que es su heredad ancestral por siglos, frente a la cruel voracidad de las trasnacionales mineras, en el contexto legal de un Estado que en vez de protegerlos favorece el brutal extractivismo, entonces uno se pregunta ¿sería esto parte del cacareado cambio de matriz productiva y energética que proclamaba el señor vidrio, JG, XXI o cualquier otro alias con que usted identifique al hombre más “honrado” del planeta, según el catecismo del loco del ático.

Pues no, el tal cambio de matriz principalmente consistía en exigir sobornos, para luego perjudicar al pueblo con obras deficientes y de cuantiosos sobreprecios, eso sí, haciendo como el gato, dejando bien tapada la evidencia de su maloliente desvergüenza, para poder pasar como víctima y reírse después en la cara de los ingenuos.

Concuerdo en que falten algunas preguntas, era imposible un cuestionario que llene las expectativas de todos los sectores, es un primer avance, al igual que con el plan económico, al cual Correa y sus acólitos se apresuraron a minimizar calificándolo de simples propuestas sueltas e ineficaces; pero no pueden ocultar su nerviosismo, porque muy a su pesar se dan cuenta que ese estilo conciliador y pausado, le ha dado a Lenin Moreno la mayor aceptación que un presidente ecuatoriano haya recibido, niveles a los que Correa no llegó ni en sus mejores tiempos.

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