POR: LUIS REINOSO GARZON
Un corredor biológico es un área territorial de uso múltiple, utilizado para realizar una regeneración o recuperación mediante procesos biológicos de las zonas o espacios de vegetación que han sido degradados a causa de la deforestación irracional de las áreas boscosas que en siglos anteriores se encontraban en su plenitud máxima, con un ecosistema sustentable y un hábitat compuesto de gran variedad de fauna y flora; pero que a causa de las actividades del ser humano estos bosques junto a todas las especies que habitan en ella casi han desaparecido. Para evitar el deterioro total se han diseñado estrategias de conservación y en la actualidad algunos países han creado dichos corredores para contrarrestar la pérdida de especies, que en su mayoría están asociados a sistemas de áreas protegidas.
También estos corredores biológicos, ecológicos o de conservación son rutas naturales planteadas para propiciar escenarios que conlleven a la interrelación de poblaciones o flujo de especies; por lo tanto al momento de establecer un corredor biológico, es importante tener en cuenta, el mantenimiento de la diversidad biológica y los procesos ecológicos, facilitando la migración y la dispersión de especies de flora y fauna silvestres.
Los conceptos de corredor biológico y corredor ecológico son recientes y están en evolución, se derivan de la ecología del paisaje, una de las ramas de la biogeografía.
En Cotopaxi se ha propuesto un corredor biológico entre el Parque Nacional Cotopaxi con el Parque Nacional Llanganates, en la provincia de Tungurahua, con el propósito de recuperar los ecosistemas destruidos en la cordillera central que fueron fuentes productoras de agua y servicios ambientales a vastas zonas pobladas del centro del país, de la misma manera se está diseñando un proyecto de corredor biológico que abarque 12 provincias de la sierra con el lema de sembrando agua en el corredor biológico interandino, que se encuentra en la iniciativa de los prefectos.