Día de difuntos: Los indígenas honran a los muertos como a sus ancestros

TRADICIÓN. Aún hay quienes llegan a la lápida de su ser querido para compartir la comida. (Foto: Archivo de La Hora)
TRADICIÓN. Aún hay quienes llegan a la lápida de su ser querido para compartir la comida. (Foto: Archivo de La Hora)

Diferentes manifestaciones culturales han trascendido en el tiempo para recordar a los difuntos.

INTERCULTURAL

A lo largo del territorio ecuatoriano existe una gran variedad de costumbres, creencias y formas de conmemorar a familiares y amigos que han fallecido. Varios estudios mencionan que el culto a los muertos era una práctica de los antepasados precedentes a la Conquista española en fechas correspondientes al equinoccio de finales de octubre.

Cada uno de los pueblos y nacionalidades indígenas del país tiene sus propias tradiciones y creencias, y en cuanto a la conmemoración a sus difunto, el ‘Atlas alimentario de los pueblos indígenas y afrodescendientes del Ecuador’ menciona que cada grupo obedece a sus raíces y cosmovisiones ancestrales.

En la Costa

La comunidad indígena chachi, que se encuentra al noreste de Esmeraldas, es conocida también como ‘cayapas’. Ellos tienen una forma distinta de conmemorar a sus difuntos, puesto que para esta temporada se reúnen en familia y brindan a los familiares la comida y bebida que más le gustaba al fallecido, siendo esta, según sus creencias, la mejor forma de homenajear la memoria de quien ya partió.

Los emberá, en cambio, tienen mucho recelo de salir al monte en estas fechas, por temor de que pueda suceder “algo malo” por no ser un espacio dentro de una ciudad, sino más bien recóndito. Las bebidas que consumían ancestralmente son el guarapo, la chicha de chonta y la chica de maíz. En la actualidad, hay muy poco uso del guarapo, porque casi no hay cultivos de caña, ni cuentan con trapiches para la extracción del licor.

En la Sierra

Los quitu-caras, específicamente quienes habitan en la comuna de Agato, se reúnen para preparar la colada morada de una forma muy especial, utilizando el maíz negro como su único y más importante ingrediente. A esta receta la acompañan con el ‘churu api’, que son pequeños caracoles que habitan las partes más altas de los cerros.

Todo esto lo llevan al cementerio para compartirlo en comunidad y, obedeciendo a sus creencias, entregar al difunto la dotación de comida suficiente para que pueda continuar su camino hacia la eternidad.

MÚSICA. Interpretar melodías en el cementerio es una de las prácticas que se mantienen en la Sierra ecuatoriana. (Foto: Archivo de La Hora)
MÚSICA. Interpretar melodías en el cementerio es una de las prácticas que se mantienen en la Sierra ecuatoriana. (Foto: Archivo de La Hora)

Por otro lado, en Lumbisí, los indígenas acostumbran a tomar la ‘morada’ hecha con maicena y a las frutas se las integra como jugo, mas no cortadas en trozos. Por esto, esta forma de cocción resulta mucho menos espesa que la receta tradicional.

Lo más destacado de las familias indígenas de Lumbisí es la unión y la cooperación existente entre estas, puesto que la preparación de la colada y las figuras de pan es un evento sagrado para compartir en comunidad.

Por su parte, los indígenas puruháes, quienes habitan en Chimborazo, llevan una olla pequeña al cementerio para ofrecer y compartir con sus muertos, pues la colada morada, dicen, les conecta e interrelaciona con ellos.

Los panzaleos, que habitan en las comunidades Guantug Grande y Pucapaja (Cotopaxi), elaboran el famoso ‘champús’, que dependiendo de los ingredientes que posea varía en su coloración; ‘champús morado’ cuando lleva moras y ‘champús blanco’ cuando lleva piña.

En Azogues, los hombres llevan tambores, pingullos (silbatos elaborados a mano con hueso de ave) y la tradicional chicha al cementerio.

Todos acuden en familia, pero los hombres son los únicos que realizan el acto conmemorativo principal, que consiste en regar la chicha sobre la tumba y entonar varias canciones con los instrumentos.

Este acto simbólico representa la alegría de la comunidad transmitida hacia las personas que se encuentran en ‘el más allá’.

Regar la chicha sobre la tumba es una representación sagrada que da vida a lo seco e inerte del cementerio.

En cambio, en el Valle del Chota, a esta bebida típica se la realiza con morocho molido y fermentado por tres días, mote, panela, canela y hojas de naranja. (MLY/PT)

En la Amazonía

En la comunidad shuar, del primero al 2 de noviembre se llevan a cabo vigilias por los muertos. Aquí se bebe la tradicional chicha de chonta que proviene de una de las plantas más apetecidas en la Amazonía ecuatoriana, no solo por el sabor exquisito de sus frutos sino también por sus innumerables utilidades.

Además del fruto y sus hojas comestibles, su madera es fuerte y dura, de color oscuro y jaspeado, excelente para múltiples usos como repelente contra los mosquitos, alimento para animales y también como materia prima para elaborar artesanías.

Con ocho días de anticipación, la mayoría de familias prepara la chicha de chonta o de yuca, cuya materia prima que es cultivada en sus propias chacras, para luego servirla a quienes asisten a las honras fúnebres.