Al cementerio de Otavalo acuden personas de las 65 comunidades para honrar y recordar a su seres queridos que se fueron.
Redacción OTAVALO, LA HORA
La comunidad indígena se prepara con mucho tiempo de anticipación para la celebración del Día de los Difuntos.
Como es su tradición ancestral, desde los primeros días de octubre, en el cementerio Samashunchi de Otavalo se observa el movimiento de los deudos. Ellos preparan con antelación las tumbas de sus seres queridos que partieron a la eternidad. Esta es una costumbre que no se ha perdido y que sigue perdurando con las nuevas generaciones.
En este sitio se puede apreciar los hábitos de los antepasados que aún perduran. Las familias llegan a limpiar las tumbas y a pintar las cruces que en su mayor parte se encuentran en el piso y son hechas de tierra.
Por otra parte, la presente administración del campo santo, con el aporte que hacen sus beneficiarios, ha hecho mejoras al lugar y contratan maquinaria para cortar la hierba que allí crece.
EL DATO
Los indígenas kichwas aportan con una cuota anual para el mantenimiento de este camposanto en Otavalo.José Morales, presidente de la Unión de Organizaciones Indígenas del cantón Otavalo (Unorico), manifestó que desde hace unas dos semanas atrás están organizados con una comisión encargada de hacer cumplir las obligaciones de los usuarios de este camposanto.
“Hasta el 23 de octubre los familiares de los difuntos podían realizar la limpieza y pintada de las bóvedas y nichos, por cuanto desde esa fecha en adelante no se permite que se hagan este tipo de arreglos para evitar la desorganización”, según Morales.
Este año, agrega el dirigente, por decisión del Consejo de Cabildos no se permitirá ningún evento artístico dentro del cementerio. “Lo que sí realizaremos son las misas religiosas y las comidas que por costumbre traemos en ese día. De igual manera, se tiene planificado invitarle al obispo a la ceremonia religiosa que se la hace dentro del camposanto y así poder mantener estas tradiciones”.
Comida y adornos
Para conmemorar el recuerdo de los fieles difuntos, los indígenas preparan diferentes alimentos, especialmente el plato preferido del fallecido, con lo que acuden al cementerio a tempranas horas de la mañana.
EL DATO
Por el momento, la dirigencia busca el financiamiento para la ejecución del proyecto de la construcción de un nuevo cementerio indígena.Además, colocan coronas y tarjetas sobre la cruz. Posteriormente, sobre la tumba, ponen una batea llena de alimentos (arroz, papas, fréjol, tostado, mote, carne, plátanos oritos, aguacates, guaguas de pan, colada de churos, champús, entre otros alimentos) con el propósito de que el difunto disfrute de los mismos.
Los indígenas, además, llevan porciones extras de alimentos que degustan y comparten con el resto de personas que se encuentran alrededor de la tumba. Luego varios miembros de la familia empiezan a relatar todos los acontecimientos importantes que han ocurrido durante el año o en la ausencia de la persona querida, con el objetivo de que el fallecido conozca todo lo ocurrido.
Permanecen todo el día orando con la bendición del sacerdote que celebra la misa en el cementerio. Piden el descanso eterno de las almas de todos los difuntos.
Gastronomía ancestral
Los primeros días de noviembre, especialmente el 2, en Otavalo es posible degustar varios platos o alimentos típicos de la temporada: guaguas de pan, colada de churos, colada morada y el champús (preparación a base de la jora del maíz endulzada con panela).
En todas las comunidades indígenas preparan las guaguas de pan como símbolo y representación del Espíritu Santo, por tal razón es característico que este alimento no tenga extremidades. (PMHR)
(Fotos: Archivo de La Hora)