Realidad lacerante

ATILIO RUGEL ALBÁN

“El hábito es el enorme volante de inercia que mueve a la sociedad, su más valioso agente de conservación”, William James. Voy a referirme de manera general a los cuerpos de bomberos del país y a la situación que viven en su mayoría las 221 instituciones que hay en la Patria y que con las excepciones que siempre hay aparte de Quito, Guayaquil y Cuenca que constituyen la cúpula más alta, le siguen en ese orden otras en capitales de provincia; no así en la mayoría de cantones que ni siquiera poseen una infraestructura consecuente con el ser humano que tiene que hacer guardia las 24 horas del día y peor aún en lo que tiene que ver con las herramientas que obligadamente el Estado debe proporcionarles para combatir los flagelos que aparecen de un momento a otro con consecuencias desastrosas.

Tania Tinoco, la periodista orense que tiene un programa en Ecuavisa llamado ‘Visión 360’ del cual es su conductora, desnuda la realidad en que muchas instituciones del Estado viven y entre ellas en esta ocasión escogió a los cuerpos de bomberos de la Patria y para ratificar sus criterios se refirió a las provincias de Manabí y Pichincha en varios cantones y se pudo apreciar cómo en Jama por poner un ejemplo que sufrió los estragos del terremoto de 2016, tienen como central una covacha de caña carentes de servicios elementales y sin muebles especialmente para descansar, situación que avergüenza.

Este fenómeno es repetitivo en otros poblados y si hubieran venido a Esmeraldas la impresión negativa hubiera sido superlativa, porque sí en el cantón capital de la provincia se encuentran unas 3 motobombas que no están abastecidas con escaleras profesionales para llegar a edificios altos, tampoco es menos cierto de que carecen de otros medios que son concomitantes con la sacrificada labor. Con excepción de Quinindé, Atacames y un tanto San Lorenzo; los demás cantones que conforman nuestro mapa político están casi abandonados a su propia suerte.