POR: EDUARDO CHIRIBOGA APONTE
Está dejando de ser cansino, para convertirse en folclórico, escuchar y ver todos los inéditos actos de nuestra politiquería criolla. Al hastío de ver cada día nuevas acusaciones contra Glas, y a su abogado defensor sostener que no hay pruebas, aspirando a que el Fiscal General exija el ADN sobre los billetes de las coimas, o los cheques receptados por los sobreprecios…; ahora se suma ver a un Contralor destituir a un Vicepresidente; a una alienada mental que habla bonito, proclamar (sin contar con las bases de su Movimiento político) que Moreno queda destituido de la Presidencia de su tienda política; ver al ex, en lugar de disfrutar de sus vacaciones con su familia, desesperado por regresar a la contienda electoral, atreviéndose desde un ático amenazar hasta a los jueces de la Corte Constitucional, para no perder su costumbre de imponer su único criterio en todo, sin el menor mea culpa de haber destrozado la economía nacional y de no haber ni siquiera permitido la indagación sobre acciones dolosas de gran parte de sus colaboradores; merece sin lugar a dudas esperar con interés, el desenlace de esta telenovela de corrupción institucionalizada, digno de ser tomado en cuenta para una película de Hollywood.
Pero lo cierto es, que al ex no le importaba en el fondo, la suerte del Movimiento AP, sino servía como plataforma electoral de uso personal, para eternizarse en el poder y gobernar como le daba la gana, pues aún se cree (y esto es digno de un estudio psiquiátrico) el único iluminado, capaz de llevar al país, no sé a dónde…, pues a buen puerto, no lo hizo.
Poner música protesta y shows en sus mítines, la foto del Che Guevara y discursear despotricando contra la derecha, cuando tras bastidores pactaba con grupos de poder, burlándose del pueblo, es algo que debe tener un lugar estelar en la trama de la película que debería intentar el séptimo arte.
Por su parte Moreno, aún no despunta. Su plan económico timorato es bastante incompleto, se espera que luego de la Consulta, lo mejore, si desde el ático no le ordenan a ciertos Poderes del Estado, que alguna sorpresa se produzca. Qué emociónate suspenso estamos viviendo.