Viglietti sembrador

POR: Sara Serrano Albuja

“Con un grafo/ ella escribe en las paredes/ “resistir”/ bufanda rojinegra por la espalada/ minifalda,/ Ana Clara”, así cantaba Daniel Viglietti. Hace años le vi en el emblemático Teatro Universitario de la Universidad Central frente a un público fascinado y conectado con su alma y arte. Luminoso y sencillo, este poeta cantor uruguayo generaba un poderoso magnetismo en los corazones idealistas. Eran tiempos de mayor autenticidad y utopías, no había parafernalias millonarias a nombre de la revolución.

Viglietti partió a la eternidad, su estrella es hija de la constelación creadora que se apellidó canto popular latinoamericano, canción protesta o nueva canción. Esa música conjugó parte de las aspiraciones más sentidas y dignas de nuestro continente diverso y soñador. Hay voces que construyen humanidad y la fraternidad universal. Por eso trabajó en su producción con la obra de Benedetti, Vallejo, García Lorca, Nicolás Guillén y otros enormes creadores.

Su canto por la justicia siempre será semilla viva. La lucha por la paz y la equidad es aspiración de larga data en nuestros pueblos y premio de las bienaventuranzas. La construcción y cultura de paz fue uno de los acuerdos suscritos en Galápagos por la presidenta Bachelet y el presidente Moreno. En medio de escenarios de lucha contra la corrupción, desempleo, crisis económica, destrucción ambiental y egoísmos, mantener la paz y la sana cooperación suena a sabiduría y reto estadista y cotidiano.

El diálogo es ejemplo de paz y la paz es fruto de la justicia. En este feriado podemos reflexionar sobre quienes construyen justicia y paz. Las medidas sancionadoras contra el periodismo y los activistas críticos parecen flexibilizarse, pero la ley y las componendas todavía son un grillete camuflado.

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