“Solo cerrando las puertas detrás de uno se abren las ventanas hacia el porvenir”, Francoise Sagan. Una de las virtudes más sobresalientes del ser humano debe ser la de hacer algo por los demás todos los días, lógicamente en la medida que nos sea posible y esto al criterio de muchos estudiosos es un buen ejercicio para que florezca y crezca en las personas la semilla de la generosidad y del amor al prójimo.
Para actuar de esa manera es necesario que nos hagamos una revolución interior que transforme nuestra conciencia y cambie para toda la vida el esquema mental que no nos deja avanzar.
El presidente Lenin Moreno está tratando en el menor grado posible, de no afectar el bolsillo de los más pobres y para curar a nuestra enferma economía toma medidas e impone impuestos, que recaerán sobre las empresas manejadas por los grupos de los industriales.
Pero estos lloran como magdalenas en el Muro de los Lamentos y dicen que las medidas les afectan, porque lo que tratan es de engordar sus ganancias millonarias cuando todos sabemos que ellos jamás pierden porque los valores que se les fijan en el pago de impuestos se lo descargan al pueblo en las mercaderías que adquirimos de toda naturaleza.
Lo que sucede es que la mente de ellos está iluminada por los dólares y toda la vida amenazan que son los que crean fuentes de empleo y que si el gobierno no recibe con beneplácito los puntos planteados por ellos, aumentará el número de desocupados, porque tendrán que suspenderlos de sus actividades y la posición es tan mezquina que muchos dicen dejarán al país para ir a invertir en otros lugares.
No deben quejarse de nada, porque lo que sucede es que han estado acostumbrados a que muchos gobiernos recibieron la financiación de sus campañas con el aporte de ellos y luego del triunfo en compensación los ubicaban en ministerios para que recuperen la inversión que les resultaba muy bueno.
Actualmente entre las medidas económicas a tomarse se dice que se aplicará el valor de 10 centavos de dólar por cada quintal de harina y los panificadores como el gobierno anuncia la medida, ya dicen que subirán los valores cuando esto hace rato lo hicieron y si quieren comprobarlo acérquense a las panaderías que en el caso de Esmeraldas, los dueños son en su mayoría afuereños que venden un pan integral en 20 centavos reduciendo el tamaño y poniéndole más levadura.