Motivación turística

Las playas, los bosques, las aguas azuladas, las piedras preciosas las figuras arqueológicas y los paisajes naturales, por si solos no siempre son suficientes para mover el turismo nacional y mundial. Resulta indispensable la intervención humana y su creatividad intelectual, así como la inversión en varias líneas como: obras arquitectónicas y figuras folclóricas atractivas que motiven al turista, componente importante es también la seguridad social, la participación profesional competente en la materia.

La ubicación geográfica de las islas encantadas con su estructura volcánica he influencia cósmica, ha permitido el nacimiento de maravillas naturales respecto a la fauna y flora en todo su entorno terrestre, marítimo y aéreo, donde la intervención de los gobiernos no se nota, solamente la exuberante naturaleza ha sido suficiente para contar con afluencia turística significativa.

Está demostrado que en áreas turísticas potenciales regenerándolas sobre viene el crecimiento, tal está ocurriendo con el malecón del balneario de Las Palmas en Esmeraldas, que en poco tiempo está cosechando frutos dulces.

El balneario de Atacames puede ser fuente valiosa de ingresos en divisas que pueden beneficiar al Estado y la empresa privada, pero necesitamos ofrecer ambiente agradable y seguro a los visitantes. Factores fundamentales como amplitud para pasear y en este sector existe espacio suficiente para construir una vereda tropical que se inicie en la bocana del rio y termine en el peñón de Súa con iluminación semejante al nacimiento del astro rey,

En la vereda tropical pueden participar muestras y actos folclóricos y modernos de interés, la presencia de la sociedad y la claridad nocturna ahuyentaría los brotes de asaltos en esta playa, y tendríamos tranquilidad tanto quienes llegan a descansar y recrearse como quienes viven en el sector.

Las acogedoras y hermosas playas de Atacames, Tonsupa, Súa, Mompiche y Muisne que son las mejores de América, exigen ejecutar proyectos trascendentes como el caso de Atacames con la citada vereda tropical.

“Quisiera estar divina de octubre pasear por la orilla lejana del mar; que la arena de oro, y las aguas verdes, y los cielos puros me vieran pasar” (29 de mayo del 1892). Confiemos estos versos de Alfonsina se cumplan en el proyecto Atacames.