El peligro de las toallas de baño si no se las limpia adecuadamente

LIMPIEZA. Lo mejor es secar las toallas al aire libre. (Foto: AFP)
LIMPIEZA. Lo mejor es secar las toallas al aire libre. (Foto: AFP)

La humedad en estas telas es propicia para la proliferación de bacterias y, por ende, de enfermedades.

Científicos señalan que estas prendas que se usan a diario para secarte la cara y el cuerpo son caldo de cultivo de toda clase de bacterias y hongos y acumulan células de piel muerta y secreciones salivales, anales y urinarias, así como ácaros y otros agentes patógenos, señala la BBC.

Y es que esos rectángulos de tela esponjosa son ideales para su proliferación porque tienen muchos de los requisitos indispensables para garantizar la vida de los microbios: agua, temperatura cálida, oxígeno y pH neutro.

Afuera, como en el cuerpo
Pero el cuerpo también reúne estas condiciones ideales. Así, al secarse con una toalla, los microbios y secreciones del propio cuerpo quedan depositados en la tela. Los residuos celulares, más el oxígeno del ambiente, sirven de alimento para los microorganismos. Y la humedad constante aporta un pH neutro, similar al del cuerpo, que favorece su supervivencia y reproducción.

Y la cosa cambia si las toallas se comparten: en ese caso, el cuerpo queda expuesto a los microbios de otros.

Peor aún, estas telas acumulan otras bacterias que están presentes en el baño -incluidos los que pueden dispersarse desde el inodoro o la taza, sobre todo si tiras la cadena sin bajar la tapa-.

Un sondeo realizado por la revista Women’s Health en 2015 reveló que 44% de las mujeres encuestadas cambiaba sábanas y toallas una vez a la semana, pero 47% lo hacía dos veces al mes o menos.

“No hay datos científicos para determinar con exactitud cuán frecuentemente debemos cambiar sábanas y toallas”, dijo a la BBC la científica Sally Bloomsfield, experta en enfermedades infecciosas y consultora del Foro Científico Internacional de Higiene Hogareña (IFH). Pero sí hay evidencia, agrega la profesional, de que existen riesgos de infección en el hogar: desde cutáneas hasta una amplia gama de patologías, como las que generan bacterias como la Escherichia coli o la Staphylococcus aureus.

Minimizar riesgos
Bloomsfield desaconseja, en primer lugar, compartir toallas, especialmente las de mano, así como otras cosas de higiene personal.

“Los textiles húmedos son un refugio especial para organismos dañinos”, apunta. Y al consultarle sobre con qué frecuencia hay que reemplazarlos por unos limpios, dijo que durante mucho tiempo se recomendó el lavado semanal, pero los científicos ahora creen que esto es demasiado tiempo.

“Si logras secarlas por completo, no más de tres usos, ese es el máximo”, señala Philip Tierno, microbiólogo y patólogo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, a la publicación Business Insider.

La clave, señalan los expertos, es que entre uso y uso se logre secar la tela por completo. Algo que no siempre ocurre en espacios sin ventanas o con poca ventilación.

“Bacterias y moho comienzan a acumularse, pero su crecimiento se frena a medida que la toalla se seca”, apunta Kelly Reynolds, profesor de salud ambiental en la Universidad de Arizona. (PT)

Recomendaciones

Lavado y desinfectado

° Debería lavar las toallas después de cada uso.

° Si no es posible, después del uso ponla a secar bien.

° Para lograr erradicar los microorganismos, lávelas con agua caliente superior a los 60ºC.

° O use detergentes que incluyan agentes blanqueadores basados en oxígeno.

° Utilice una pequeña dosis de vinagre blanco para prevenir el olor a húmedo y luego vuelva a lavar con el jabón de ropa habitual.

° De ser posible, séquelas al aire libre para que se aireen mejor.