El arte y música autóctona están en ‘Ñanda Mañachi’

Exhibición. José Luis Pichamba elaborando uno de los instrumentos en presencia de los turistas.
Exhibición. José Luis Pichamba elaborando uno de los instrumentos en presencia de los turistas.
Andino. Quienes visitan esta galería taller en la comunidad de Peguche pueden apreciar las diferentes creaciones.
Andino. Quienes visitan esta galería taller en la comunidad de Peguche pueden apreciar las diferentes creaciones.
Tradición. Padre e hijo interpretando música para quienes los visitan.
Tradición. Padre e hijo interpretando música para quienes los visitan.
Interculturalidad. Parte de los instrumentos y artesanías que se exhiben en este lugar.
Interculturalidad. Parte de los instrumentos y artesanías que se exhiben en este lugar.

Turistas extranjeros visitan el taller de instrumentos andinos ubicado en la parroquia Peguche de Otavalo.

Redacción OTAVALO, LA HORA

Desde hace 46 años, el artesano kichwa José Luis Pichamba y su familia se han dedicado a la fabricación de instrumentos andinos. Su taller se encuentra en la calle principal de la comunidad de Peguche, en el cantón Otavalo (Imbabura).

Este lugar de trabajo se llama ‘Ñanda Mañachi’, nombre del grupo musical de este sector que hizo historia en décadas pasadas. Aquí también se puede disfrutar de un pequeño museo y la demostración musical de varios instrumentos tradicionales de otros países.

Con siete cañas delgadas, atadas con una piola, José Luis construye ‘La palla’. Es un rondador pequeño que se caracteriza por ser un elemento típico de Otavalo. Esta es una de las demostraciones que hace el artesano a los turistas que visitan su taller. En las paredes del inmueble cuelgan decenas de instrumentos musicales de diferente tamaño, tanto de viento como de cuerda. Resaltan los rondadores de Ecuador, las quenas de Perú, los toyos de Bolivia. Asimismo, es posible observar los charangos, los bandolines, las guitarras, entre otros.

Música de bienvenida

Pichamba, además de ser músico, tiene la habilidad de interpretar varios instrumentos de viento, cuerda y percusión. Esto por haber pertenecido a uno de los grupos de música andina como es Ñanda Mañachi.

Comenta que esta idea de crear un sitio de exhibición nace por la afluencia de turistas, especialmente extranjeros que llegan a esta comunidad. “Es así que junto a mi familia decidimos instalar esta pequeña galería taller, donde tenemos una serie de instrumentos andinos, con los cuales en compañía de mis hijos hacemos una demostración para los visitantes en la que tocamos la música autóctona de nuestro pueblo”, asegura.

Trabajo familiar

Con el pasar de los años, el sueño de este artesano se convirtió en un emprendimiento familiar. En la actualidad sus ocho hijos le ayudan a elaborar los instrumentos musicales. Sus hijas Paola y Lucía confeccionan artesanías. La primera ofrece aretes y collares con diseños étnicos y la segunda ‘atrapa sueños’, un círculo de madera adornado con mullos y plumas que, según la cosmovisión indígena, alejan las pesadillas. Todos estos artículos, además de los discos del grupo Ñanda Mañachi, se ofrecen a las personas que llegan hasta este lugar.

“Igualmente, hemos incrementado comidas tradicionales tipo bufet, como un servicio adicional para los turistas nacionales y extranjeros. Esto nos ha dado buenos resultados porque las personas que visitan este sitio desconocen nuestra gastronomía ancestral. Este servicio se complementa con la música que les brindamos”, menciona José Luis. (PMHR)

Instrumentos en venta

Cada instrumento y artesanía que confeccionan el artesano kichwa José Luis Pichamba y su familia tiene su precio. Por ejemplo, una palla vale tres dólares, una quena 10 y un rondador 15 dólares. Con la venta de estos artículos se financia esta iniciativa, ya que no cobran el ingreso, ni a los visitantes ni a las operadoras de turismo.

El taller de instrumento andinos Ñanda Mañachi es parte del circuito turístico denominado ‘Otavalo Full Day’, que ofrece más de 15 agencias de viaje. Es por esto que cada día uno de los miembros de la familia Pichamba actúa como guía turístico.

La época del año en la que los Pichamba recibe mayor cantidad de visitantes es en mayo y septiembre. Se estima que por esta temporada llegan alrededor de 500 viajeros extranjeros por semana, mientras que el resto de los meses se reduce a la mitad.