Policía mira casa adentro para evitar violencia de género

CAPACITACIÓN. En un ambiente lúdico se capacita a los policías sobre temas de violencia intrafamiliar y de género.
CAPACITACIÓN. En un ambiente lúdico se capacita a los policías sobre temas de violencia intrafamiliar y de género.

Este año se identificaron 312 casos de violencia de género en las familias policiales.

La Policía tiene una campaña propia de prevención de violencia de género que se maneja interinstitucionalmente. La iniciativa busca trabajar en hogares que ya padecen de esta problemática, pero también está enfocada en actividades preventivas para evitar agresiones que desemboquen en rupturas familiares o femicidios.

La capitán Giovanna Cadena, de la Sección de Investigación de Derechos Humanos y Violencia de Género de la Inspectoría de la Policía Nacional, explicó que esta campaña está vigente desde 2016 y que para este año se la organizó en tres fases. Primero se trabajó en el ámbito de concientización y sensibilización del problema, luego entraron en una fase de capacitación sobre la violencia de género y sus repercusiones en el núcleo familiar y una tercera parte consistió en el tratamiento integral de la problemática.

La evaluación entre los dos años que se hizo a esta campaña arrojó resultados positivos. Según Cadena el año pasado se identificaron en todo el país 545 policías que incurrieron en algún tipo de maltrato hacia las mujeres. De ellos aproximadamente 100 requirieron una atención sicológica suministrada por profesionales del Hospital de la Policía y personal de la Dirección de Salud de la misma institución.

Resultados
Este año, la cifra de gendarmes evaluados se redujo a 312. La uniformada indicó además que los casos de violencia de género fueron identificados por denuncias en Fiscalía, en la misma Policía y por llamadas de emergencia que llegaron al Ecu 911. Los casos catalogados como graves tienen un seguimiento de trabajadoras sociales y de ser necesario al uniformado se le retira de su arma de dotación y se lo reubica en otra área donde no necesite emplear la pistola. Esta medida se mantiene de acuerdo con los avances que tenga el tratamiento.

Según la oficial, esta campaña no tiene fines sancionatorios para los agentes que tengan problemas de violencia. Dijo que se busca una reinserción del uniformado para mejorar la calidad de vida de cada miembro del hogar.

“Hay casos en que el policía es divorciado, pero de todas formas se los trata para que no se replique la agresión en nuevas parejas”, señaló.

Visibilizar el problema
Cadena indicó que en la primera fase se emplean como estrategia lúdica las obras de teatro. Así, dijo, se sensibilizan a las familias policiales y se rompe el candado que existe por miedo a no reconocer la agresión.

“Como se piensa que la violencia se manifiesta solo físicamente, algunas mujeres maltratadas sicológicamente creen que no atraviesan problemas en casa”, apuntó.

Estas obras de teatro, que también son musicales, ejemplifican además la cotidianidad de un policía. Según la uniformada, la dinámica propia de la profesión conlleva, en muchos casos, a que los hogares policiales sean disfuncionales. Los gendarmes deben vivir lejos de sus familias porque prestan servicios en otras provincias o en algunos casos acuartelados en destacamentos.

La inestabilidad en los horarios también genera problemas en las familias de los uniformados. Todos estos aspectos se exteriorizan en las obras de teatro para sensibilizar al policía.

“Nosotros tenemos los mismos problemas que la sociedad civil, pero con situaciones agregadas”, comentó Cadena.

Trabajar desde la educación
En la segunda fase de la campaña se impulsan capacitaciones sobre violencia intrafamiliar, uso indebido del alcohol, siendo esta una de las causas que más se ha identificado como detonante de una agresión. En lo que va del año, la campaña llegó a 4.800 policías y sus familias a escala nacional. En esta fase también se hace una evaluación sicológica de los uniformados que sean identificados con problemas de violencia.

“Aquí buscamos determinar técnicamente si la persona que tiene alguna alerta de violencia intrafamiliar necesita un tratamiento”, dijo Cadena.

La uniformada agregó que el hecho de que el policía esté en contacto con situaciones relacionadas con descomposición social, hace que requiera evaluaciones periódicas por sicólogos.

En la tercera etapa, las trabajadoras sociales también hacen un acompañamiento de los otros miembros de la familia policial. En los casos que fueron considerados en riesgo, la Policía dispuso que se activen botones de seguridad que están a disposición de las mujeres vulnerables a actos de violencia. Este mecanismo de alerta también está disponible para la sociedad civil.

Cadena indicó que el objetivo de la campaña es evitar casos como este. Por eso, instó a las mujeres a denunciar a sus esposos o parejas sentimentales para que con esta ayuda impulsada desde la institución puedan brindarle asistencia psicológica y así mejorar la convivencia de los hogares.

La uniformada consideró que es necesario replicar esta actividad en los próximos años, pues así se levanta información estadística de lo que está ocurriendo en las filas de la institución. Indicó además que es necesario dar seguimiento a los casos procesados para saber si hubo reincidentes. (FLC)