Espacios indispensables

Agustín Sánchez

En una reciente publicación en el blog de la CAF, de autoría de su Vicepresidente de Desarrollo Social, se abordan temas de trascendental importancia para el crecimiento de las ciudades. En el artículo se advierte que América Latina duplicó su tasa de urbanización en poco más de 60 años, convirtiéndose en la segunda región de mayor crecimiento urbano del mundo. Esta acelerada urbanización, es sobre todo una fuente de oportunidades socioeconómicas para las ciudades, siempre que se establezcan condiciones de innovación y emprendimiento económico propicias para atraer desarrollo e inversión.

Como todo lo que ocurre a nuestro alrededor, por bueno que parezca también puede traer graves consecuencias si no se gestiona o prevé con anticipación posibles impactos. Estos niveles de crecimiento urbano, generalmente no respetan un orden establecido en normativas locales, y las áreas urbanas se expanden irrumpiendo áreas de vocación agrícola que poco a poco se ven reducidas. Por otra parte, el crecimiento demanda necesariamente infraestructura de servicios públicos, lo cual implica ingentes costos con relación a ciudades compactas donde las distancias cortas no ameritan una mayor inversión en infraestructura pública y transporte.

Lo señalado comprende además el cuidado, protección y preservación de espacios públicos de recreación, de manera particular los parques, espacios públicos donde convergen ciudadanos de distintas condiciones socioeconómicas en busca de distracción y compartir en familia. Pero, ¿nuestros parques de la ciudad cumplen con esa finalidad? En principio la respuesta sería sí, pero la gran demanda de recursos para mantenerlos amerita modificar un modelo de gestión que permita respetar dichos espacios para todo tipo de usuario y de alguna manera reducir el impacto económico de manutención. Las canchas, espacios de comercio, parqueos deben regularse bajo condiciones que incentiven el uso de dichos espacios.

En el caso de Ambato, por su ubicación y particular contacto con la naturaleza, el parque El Sueño demanda una urgente intervención, similar a la realizada en el Parque La Carolina de la ciudad de Quito, el cual tras una importante inversión municipal constituye el más visitado de la capital con alrededor de 400.000 personas cada mes. Espacios únicos que no pueden sufrir descuidos, y que aportan al desarrollo saludable integral de una sociedad.