Coleccionistas de acetatos

Por: Germánico Solis

La música fue y será una cosecha de sentimientos expresados primeramente con la combinación de sonidos, y luego, asociándolo a la interpretación hecha con la voz humana y que toma el nombre de canto. Asomaron inicialmente elementales instrumentos musicales definidos y clasificados por su estructura, sea alinearon los de cuerdas, de viento y percusión, y que dependiendo de la región donde se ejecutaron tuvieron curiosas derivaciones.

El tocar instrumentos elaborados por el ingenio humano con temas y géneros inspirados en el alma, fueron y siguen siendo aplaudidas presentaciones en grandes teatros y escenarios creados para entretener auditorios. Los músicos y cantantes han sido actores privilegiados y consentidos por sus admiradores. Elemento que llevó a la inventiva para encontrar el modo de escucharlos sin que estén presentes. Nacen así los primeros discos de carbón que fueran reemplazados posteriormente por los acetatos.

En nuestro país la primera producción de discos fue grabada en Guayaquil y fabricada o impresa en los Estados Unidos, aquello acarreo sueños y desesperanzas que ocasionan esos quijotescos sucesos. Llegaron asimismo los primeros aparatos para amplificar el sonido que registraban los discos, se recuerda las victrolas y los tocadiscos.

Los discos traían los sellos internacionales CBS y Sonolux y posteriormente las marcas nacionales Cordillera, Cóndor, Ifesa. Los equipos de reproducción eran de marca RCA Víctor, Philips o Telefunken entre los más conocidos. La música clásica o popular y las figuras representativas del canto crearon la gran industria de la música.

En nuestra querida Ibarra los lugares más conocidos y clásicos donde se ofertaban los acetatos fueron los ubicados en el Mercado Amazonas, el de la Casa de la Música y el comercio de la familia Chiluisa en el centro de la ciudad. En estos puntos se compraban los discos de 45 rpm, y los LP con 6 temas a cada lado y las agujas para los equipos de reproducción. La búsqueda para los amantes de la música era el ejercicio del coleccionista, en los sitios señalados se encontraban los temas de moda casi siempre afirmados en las radiodifusoras.