Los Torrico-San Lucas, los ‘últimos tejedores de bejuco’

Diestra. Natividad San Lucas es quien aprendió esta labor de sus antepasados y ahora, a sus 74 años, continúa con la labor.
Diestra. Natividad San Lucas es quien aprendió esta labor de sus antepasados y ahora, a sus 74 años, continúa con la labor.

Las manos laboriosas se niegan abandonar la tradición que les fue enseñada por sus ancestros y que la han mantenido a lo largo de los años.

Redacción LOS RÍOS.
LA HORA

¿Quien se podría imaginar que de una larga liana, llamada bejuco, se pueden obtener hermosas artesanías como sillas, canastas, chalos, roperos y hasta muñecos en miniatura?

Aunque la estrella de estas artesanías es una planta originaria de las montañas ecuatorianas, específicamente del cantón Esmeraldas, su utilización es necesaria en casi todo el país.

Y Los Ríos no es la excepción, pues específicamente en Quevedo la familia Torrico-San Lucas se dedica a esta actividad desde hace tres generaciones, negándose a dejarla morir.

El taller de los Torrico está ubicado en las calles Malecón y Segunda. Al llegar allí parecería entrar en otro mundo hecho de paja. Cada creación llama la atención.

Por ese ‘santuario’ han pasado dos generaciones y aspiran continuar por muchos años enseñando la labor a sus descendencias.

Sus hábiles manos hacen nuevos diseños y hasta ‘traen a la vida’ a los artículos viejos que llegan a ellos con el propósito de que sean restaurados pero con el fin de guardar la historia.

Detalles. El trabajo que realiza la familia Torrico genera mucho respeto entre los artesanos de Los Ríos.
Detalles. El trabajo que realiza la familia Torrico genera mucho respeto entre los artesanos de Los Ríos.

Destreza

Natividad San Lucas cuenta que esta labor la heredó de sus ancestros y con esta ha logrado sacar adelante a su familia, entre los que resaltan arquitectos, médicos, mecánicos y tecnólogos.

El Dato
El bejuco debe ser remojado con anticipación porque si está seco se puede romper.Aunque no fue fácil, detalla que sus manos empezaron haciendo un canasto y luego fue elaborando con su creatividad otros artículos.‘Doña Nati’, como le dicen sus allegados, detalla que la utilización del bejuco se debió inicialmente por la necesidad de los agricultores de tener cestas donde cargar los productos como el cacao, la naranja, el maracuyá, entre otros.

“Estas creaciones son parte de la historia porque muchas generaciones la han utilizado y, aunque la tecnología quiera ganar terreno, los chalos (cestas) son aún los más buscados por los campesinos”, señala San Lucas.

La elaboración

Para elaborar estas artesanías se utilizan no solamente las manos, sino también los pies y hasta los dientes, pero sobre todo la creatividad.

Sin embargo, son muy celosos con el bejuco que utilizan, ya que debe ser de muy buena calidad.

El Dato
Un quintal de bejuco cuesta 40 dólares.La forma de tejer el bejuco es solo una, pero puede variar el tamaño de los espacios y la técnica de aplicación. Quienes ya son diestros en esta labor pueden hacer tejidos directos o incluso por separado para luego colocarlos en los muebles.

El trabajo de tejer requiere de mucha paciencia y técnica. El verdadero secreto de su éxito es concentrarse en los tejidos y no retrasarse en los pedidos.

El artesano Juan Pablo Mora considera la labor de Torrico como muy diestra y única, puesto que nadie más ha logrado igualarlos ni ser su competencia.

Es por eso que son considerados como los ‘últimos tejedores de bejuco’ en Quevedo.

Y es que su taller es el único de esta especie que continúa realizando trabajos con el bejuco de montaña, aseguran. (MZA)