Seguimos igual

Juan Sebastián Vargas

He reconocido en artículos anteriores que en el país se ha generado un cambio en muchos aspectos sobre todo en cuanto a libertades, respeto y tolerancia y sin lugar a dudas en varios temas las decisiones del ejecutivo son mucho más pragmáticas antes que ideológicas lo que ha marcado un antes y después del Correísmo, sin embargo es muy importante analizar el desempeño de la economía en este primer semestre de mandato de Moreno para saber si en realidad está generándose un cambio que beneficie la calidad de vida de los ecuatorianos.

Lenin fue muy enfático en admitir que la mesa no estaba servida según se jactaba Correa antes de dejar el poder que incluso lo llamó “economía en bicicleta”, pues nada más alejado de la verdad, ahora todos sabemos la real situación, un aparato estatal obeso, un sobre endeudamiento escandaloso, petróleo comprometido a futuro que en la teoría viene a ser más deuda, en resumen un balance general estatal maquillado que disimulaba un escenario distinto y que nos hacía creer que vivíamos una economía boyante y ejemplo mundial.

El primer error que comete Moreno es continuar con el equipo económico de Correa, es decir, los mismos cocineros intentando cambiar la receta y así no funcionan las cosas, pese a los tardíos cambios que intenta hacer aún no se avizora un escenario favorable, resulta que la deuda pública se situaba a inicios de octubre en el 42,7% del PIB sin contemplar las últimas operaciones crediticias, Lenin ha obtenido $6.587 millones en nueva deuda desde que inició su gobierno, colocando bonos soberanos, Bonos del BCE y recurriendo a los organismos crediticios internos y externos, una estrategia agresiva de endeudamiento.

Según algunos analistas con los cuales concuerdo, el régimen plantea su programa económico en tres ejes; el primero es sostener el gasto público a través de una corresponsabilidad privada, el segundo es sustituir importaciones y finalmente buscar la liquidez en la economía a toda costa, una vieja receta aplicada anteriormente sin los resultados esperados, en consecuencia la recuperación económica aún está muy lejos de lo previsto, mientras no tengamos una verdadera política de ajuste la necesidad de financiamiento continuará.