La historia nos sitúa en un vuelo de la compañía Delta que cubría la ruta entre Nueva York y Seattle, en Estados Unidos. Un trayecto para el que se necesitan aproximadamente unas seis horas para completarse. De ahí que buena parte del pasaje no dudara en hacer varias “excursiones” al wc del avión.
Sin embargo, su indignación se fue incrementando al darse cuenta de que, en pleno vuelo, los baños no funcionaban con normalidad. No podían acceder a su interior por orden de las azafatas que informaban de que se habían estropeado.
Poco a poco las ganas de evacuar de los allí presentes se fue incrementando. Hasta tal punto fue la presión y el enfado de los pasajeros, que las quejas llegaron a la propia cabina del piloto, que no tardó en pasar a la acción.
La incontinencia de los allí presentes hizo que el piloto tuviera que solicitar permiso para hacer una parada “de emergencia” en Billings, Montana, según informa el ‘Daily Mail’.
El vuelo, que en principio era directo, se tuvo que desviar unos kilómetros.