Señales inciertas

RICARDO VERA CALDERÓN

La cirugía a la corrupción propuesta por el Presidente, da algunas señales de que no es una utopía por un lado, pero por otro de que es solo una estrategia comunicacional. La sentencia en primera instancia a Glas deja una sensación extraña, puesto que, si bien es cierto se ha juzgado, no es una sentencia ejecutoriada y se puede apelar, impugnar, revisar y llegar hasta la casación, a lo que se suma la interrogante de que si están todos los que son, y si son todos los que están.

Además vemos cómo la mayoría de la Asamblea Nacional perdió una oportunidad única de demostrar que su transparencia fiscalizadora es sólida, ya que no permitió en el momento oportuno dar paso al juicio político al vicepresidente, sino que solo desde ayer dio leves indicios de que se trataría el caso en el CAL, situación posiblemente derivada de que no había más caminos de evasión luego de la sentencia. Muy tarde.

A esto se suma el audio de Mangas, donde se enciende la posibilidad de que algunas especulaciones podrían ser ciertas, como la de que todo se trataría de un “tongo”, lo que destruiría la expectativa y percepción ciudadana de que son diferentes a Correa. Ah, y no lo dijo cualquier persona. Lo dijo el que fue el segundo funcionario más importante del ejecutivo. Por otro lado, vemos como hay denuncias contra el exministro Espinel, derivadas, como en casos de otros servidores, de informes de la Contraloría por presuntas irregularidades cuando fue funcionario del IESS.

Entonces hay más incertidumbres que certezas. Muchos aún creemos en las buenas intenciones del Presidente Moreno, y lo apoyamos. Pero sí las señales siguen siendo débiles, y se sigue manteniendo en el poder a los que les persigue sospechas de corrupción, creo que la confianza se desvanecerá.

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