Presentación: Novena

ORACIÓN INICIAL PARA TODOS LOS DÍAS

Padre Dios que amas tanto a los hombres y mujeres, que nos diste a tu hijo Jesucristo como el mejor regalo de amor, concédenos que al celebrar su nacimiento no lo busquemos entre bombillos brillantes y luces de colores, sino en el encuentro con los hermanos y hermanas que sufren, que necesitan nuestro cariño y solidaridad. Te lo pedimos por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

ORACIÓN INICIAL PARA TODOS LOS DÍAS

Jesús mío, tú que padeciste esa noche helada y luminosa de diciembre, ayuda a los necesitados. Tú que no tuviste sino un pesebre para dormir esa primera noche de tu vida terrenal, ayuda a los que no tienen un techo que cubra sus sueños. Tú que fuiste rechazado por los poderosos de la Tierra, ayuda a los tristes, a los que no tienen trabajo, a los que pasarán esta Navidad en una cárcel, a los enfermos sin esperanza.
Y a nosotros que tenemos más que otros y que somos tan dichosos porque tú lo has permitido así, danos un corazón agradecido y ayúdanos a ser generosos.
Divino Niño que vas a nacer en un portal, ven ahora a nacer en nuestras vidas, haznos entender que nada hay sin ti y llévanos de la mano a la gloria para gozar de tu divina presencia para siempre. Amén.

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

A nuestro niño Jesús, quien padeció frío y desnudez en esa noche helada y luminosa de diciembre, le pedimos que ayude a los que tienen frío y hambre.
También le rogamos que cobije a quienes no tienen un techo para cubrir sus sueños y que llene de alegría y esperanza a los enfermos, a los que no tienen trabajo y a quienes tienen el corazón lleno amargura y desconsuelo.
A cambio de estos regalos a la humanidad, nosotros prometemos cultivar la generosidad, la humildad y el agradecimiento en nuestros corazones.
Por eso Divino Niño que vas a nacer en un portal, te pedimos que nazcas en nuestras vidas y que nos hagas comprender que nada hay sin ti y que nos lleves de la mano a la gloria eterna de tu divina presencia para siempre. Amén.

PADRE NUESTRO

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la Tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.
Amén

AVE MARÍA

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.

GLORIA

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Amén.