César Ulloa Tapia
La mayor encrucijada de Lenín Moreno es conformar la terna, pese a que la Constitución no establece un tiempo para que lo realice, envíe a la Asamblea, y se produzca la selección del vicepresidente, ahí sí, con un tiempo perentorio y con mayores posibilidades de que se posesione el primero de la lista si la legislatura se enfrasca en los dimes y diretes de siempre. El reto se agudiza más, debido al proceso electoral en marcha, pues si el Presidente propone nombres que disgusten a la población antes de la consulta, esto podría afectar los resultados electorales. Lo previsible es que Moreno envíe la terna después del proceso electoral.
¿Quiénes podrían estar en la terna? Lo más lógico, pero no necesariamente aceptable, es que la encabecen los líderes de Alianza PAIS, pues Moreno se debe a una facción importante de su agrupación política y con ello, además, podría cerrar el capítulo de la bronca. Sin embargo, puede haber otros escenarios, en las que se considere el asunto regional y extrapartidario, es decir un binomio de la Costa de aceptación para opositores y oficialistas. Un tercer escenario es la inclusión de alguien que haya sido protagónico en la última contienda y que atempere, aún más, los ánimos y le garantice al Presidente más respaldo y legitimidad.
La elección del vicepresidente es trascendental, porque –entre otras cosas- puede sucederle en funciones al primer mandatario, asumirá las responsabilidades que Moreno le designe, sean estas muchas o pocas y, sobre todo, tendrá que ser una figura de enormes quilates después de la novela de corrupción que ha presenciado el país. En esta misma línea, este hecho abre la posibilidad de que Lenín integre un nuevo gabinete y configure un escenario de transición, en el cual la sociedad civil tenga un papel protagónico.
En estos días, las especulaciones estarán a la orden del día y eso pondrá a prueba al Presidente en su capacidad de discriminar entre quienes buscan su beneficio y entre quienes trabajan por adecentar la política. Ojalá los partidos sintonicen con el momento y entiendan que la consulta y la terna no son ‘el toma y daca’ de toda la vida.