Buenos augurios

AUTOR: Angel Polibio Chaves

He recibido muchos mensajes con el maravilloso deseo de felicidad y ventura para el año que ha comenzado; todos con la más variada presentación: unos simples, otros con hermosas figuras, otros acompañados de interesantes reflexiones, en fin todos con el afecto al amigo y movidos por un sincero sentimiento, por lo que agradezco y desde luego correspondo plenamente.

Sin embargo, en ninguno de ellos se advierte la necesidad de que aquello que soñamos o anhelamos para este año, sea fruto de nuestro esfuerzo. Es casi una ilusión colectiva pensar que la trasposición de un límite temporal significará que las cosas, casi por encanto, comenzarán a ser distintas.

En una entrevista a una personalidad de la farándula española se le inquirió su concepto de felicidad y respondió que para ella la felicidad consistía en un estado de plenitud; el entrevistador, casi a porfía, recababa una respuesta más explícita y acordaron que tal vez la felicidad implicaba un sentimiento de placidez, de tranquilidad, de falta de exigencias, de equilibrio…

En ese momento pensé que nuevamente abordábamos el tema desde afuera; y esta reflexión me ha llevado a plantear un tema quizás un poco distinto: tal vez la felicidad tiene que ver con lo que hagamos o dejemos de hacer…

A lo mejor valga la pena pensar en que parte de nuestra felicidad puede hallarse en procurar ser mejores : más cumplidos, más cordiales, más solidarios, casi se podría señalar que la ecuación “felicidad=ser mejores” puede funcionar de una manera más efectiva.

Por ello, con mis mejores deseos para quien tiene la generosidad de dispensar unos minutos a esta lectura, le invito a procurar ser mejor, en el campo que le ubica la vida; quizás con ello este año pueda ser realmente un feliz año 2018.