AUTOR: Ricardo Vera Calderón
Hasta que escribí este artículo, el Presidente no había entregado a la Asamblea los nombres de las tres personas elegibles para Vicepresidente, basado en sus facultades constitucionales, y ante el escenario actual. A pesar de que se rumoran nombres, la decisión de la terna debería considerar algunos aspectos, de los cuales uno es obligatorio, y los otros estratégicos.
El aspecto jurídico implica que para ser Vicepresidente se requiere ser ecuatoriano por nacimiento, haber cumplido 30 años de edad, estar en goce de los derechos políticos y no encontrarse incurso en ninguna de las inhabilidades legales.
El criterio técnico exigiría que la formación profesional y la experiencia de los prospectos vaya acorde a las principales delegaciones que recibirá del Presidente, ya que hay que recordar que el segundo mandatario no tiene funciones específicas. Así pues, si Lenín Moreno requiere delegar la ejecución del Plan toda una vida, el perfil debería tener alto sustento académico y vivencial a nivel social; teniendo igual criterio de coherencia si es que se delegaría la coordinación de los sectores estratégicos, o el potenciamiento de la economía y la productividad.
El aspecto político orientaría a buscar prospectos que fortalezcan la gobernabilidad, lo que implica considerar variables tales como la equidad de género, el equilibrio regional, la representatividad de otros grupos políticos, sociales y económicos como reflejo de los diálogos y acuerdos, así como la articulación ideológica con el plan de gobierno vigente.
Pero hay otros atributos que van por defecto y que ni siquiera deberían mencionarse, pero que por el escenario actual son esenciales: la integridad personal, y la confianza del pueblo.
¿Difícil encontrarlos? Veamos.