Bienvenido 2018

Por: EDUARDO CHIRIBOGA APONTE

La consulta que se avecina debería terminar con un triunfo rotundo del sí, pues, lo aprobado vía enmiendas por la “aplanadora” de Correa, solo ratificó su desesperación por eternizar en el poder un sistema de corrupción e impunidad digno de una película macabra. Además, nuestro pueblo no tiene vocación de súbdito ni es ingenuo. Claro está, el resultado no deberá constituir un “cheque en blanco” a favor de Moreno, pues, ratificar la acaparación de todos los poderes en una sola persona, pero con diferente estilo, no será aceptado ni por las masas, ni por quienes hacemos opinión.

Referente a la terna para sustituir a Glas, ninguna de las tres inicialmente opcionadas llena la expectativa del país, tanto en capacidad personal, como independencia hacia su líder, quien las observa aún hoy en día. Y en caso de algún accidente en la salud de Moreno, su ascenso al poder sería catastrófico para el futuro de la patria, tanto o más, que un impensable triunfo del no en la consulta, que abriría la inexorable venezuelización de nuestra patria, por lo que me atrevo a pensar que la segunda visita del exmandatario, esta vez para hacer campaña en contra de su sucesor, será otro fracaso más en su intento por regresar al poder y camuflar todos los latrocinios que permitió se cometan.

El 2018 se abre con expectativas para el país. Es el renacer de la democracia plena; del respeto al prójimo y al contrario, con el definitivo entierro de “la sonrisa de hiena” descalificadora; es el inicio del seguimiento de la cirugía mayor al sistema de corrupción institucionalizado por el régimen anterior; es la oportunidad de corregir los crasos errores que cometió un economista sin quilates que nos gobernó con todos sus complejos personales; debe ser el renacer de la transparencia de las cifras sin maquillaje de las cuentas del erario nacional; es el reencuentro de la construcción de la unión entre todos quienes conformamos este bello país, en lugar de la siembra del odio, hoy regado por doquier.

Y todo este renacer, reposa en las decisiones que tome don Lenin. Dios lo guíe en su accionar, pues hasta hoy, dejan serias dudas varias de sus designaciones. Nunca es tarde para reenrumbar su accionar, el que tiene que beneficiar a todos, y no a un puñado de avivatos arribistas, escudados en una ideología caduca.

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