Ojo, atenti, mi Ecuador del alma…

Fausto Jaramillo Y.

Se ha convocado a las urnas. El CNE ha abierto un camino incierto que no nos garantiza si a partir de la fecha en que se proclamen los resultados, el Ecuador empezará a caminar en tal o cual dirección, si el sendero que se abrirá o se cerrará será el tan ansiado camino al desarrollo sostenible, donde impere la igualdad, la confianza, la fe en el futuro.

Es que las leyes no cambian los comportamientos de las gentes. Son los ciudadanos lo que torcemos las leyes y las adecuamos a nuestros intereses. No nos sometemos a ellas porque es mejor usarlas y manipularlas para nuestro beneficio antes que cumplirlas para beneficiar el bien común.

En esta ocasión votaremos simultáneamente en un referéndum y en una consulta. En el primer caso estaremos ante la disyuntiva de cambiar la Constitución y las leyes; mientras que en el segundo, las respuestas que demos los ciudadanos nos conducirán a que la Asamblea discuta y apruebe nuevas disposiciones legales o modifique las ya existentes.

Por supuesto, hay preguntas a las que podríamos llamarlas: “distractoras”, en las que seguramente todos estaremos de acuerdo, que constan en la papeleta para distraernos de las otras, las que de cambian la institucionalidad del país. Entre estas debemos recordar la que nos invita a pronunciarnos sobre el endurecimiento de las penas a quienes agreden y ofenden con actos criminales a niños y adolescentes. Yo me pregunto ¿alguien votará por el NO, en esta pregunta?

Preguntas hay que llevan “trampa”, como por ejemplo aquella que plantea la muerte cívica de todo funcionario que haya sido culpable de corrupción. Yo me pregunto, conociendo a nuestra justicia, ¿no podrá, cualquier gobierno usar su poder para hacer aparecer a un enemigo político como corrupto y, acto seguido, matarlo políticamente? O aquella otra que plantea la posibilidad de que el Presidente actual nombre un nuevo Consejo de Participación Social, encargado de nombrar a los más altos funcionarios de control del Estado. Yo pregunto: ¿no es igual que lo que sucedió en el gobierno anterior? Cuando el presidente nominaba los candidatos ganadores a ocupar este Consejo.

Pero, por supuesto que hay otras preguntas que merecen nuestro sí, porque contribuyen a profundizar la democracia y la institucionalidad del país.

Antes de acudir a las urnas, debemos conocer las preguntas, analizarlas, meditar sobre ellas, no vaya a ser que caigamos en aquello de que el remedio es peor que la enfermedad.