Turismo, biodiversidad y cultura

LUIS REINOSO GARZON

El turismo comunitario es una herramienta estratégica en el desarrollo económico local y nacional pero con identidad, que supone una gran oportunidad de algunas zonas urbanas y rurales en las que no existen otras alternativas de actividad económica; lo importante es que existe mano de obra de forma intensiva para ofrecer numerosas oportunidades de trabajo y negocio para hombres, mujeres y jóvenes, en donde se requiere una buena inversión en infraestructura y equipamiento.

Según algunos investigadores, los pilares que sostienen esta actividad son el entorno natural, histórico, artístico, social y el factor humano; pero respetando y conservando el hábitat, el patrimonio social, económico, natural y cultural por ello es necesario tener en cuenta los derechos que nos definen como personas, así como también las obligaciones que tenemos los habitantes de la tierra.

El turismo visto así es una herramienta para integrar el acervo cultural, la conservación de la biodiversidad y la defensa de los derechos de los pueblos que buscan una vida digna para las comunidades, sin perder su identidad, en contraste con los casos en que el turismo ha sido una actividad que ha impactado negativamente a la biodiversidad y a la cultura.

Los proyectos turísticos tienen que contemplar lo que las comunidades hacen para el mantenimiento de su cultura, su biodiversidad y conocimiento tradicional, para integrarlo en la actividad turística, como el trabajo por la conservación de la flora, la fauna, el conocimiento de la medicina ancestral, el rescate, conservación y revaloración de prácticas culturales en música, danza, literatura, fiestas y ceremonias.