Fuera de conflictos políticos

POR: Manuel Báez R.

Por esta misma columna dijimos que cada vez más se está rechinando la esperanza de que se opere un cambio en la manera de gobernar en nuestro querido Ecuador que se merece una mejor suerte. Es así como durante la negra década de correismo, en que el número de empleados y trabajadores en general superó por primera vez en la era republicana, el número que realmente requería el Estado.

Esto es semejante a aquella época que generalizó la introducción del computador, los vuelos comerciales de productores, la píldora para el control de la natalidad y muchas otras emociones de gran impacto.

Igualmente, ahora se nota en gran parte cierto conflicto político con escasa diferencia de tiempo, hoy seguimos el mismo compás, quizá las mismas y anticuadas economías con idéntica estructura gubernamental. Comprender todo esto es, sencillamente, la clave para explicar todos los conflictos políticos y sociales que casi diariamente vemos o encontramos en nuestro derredor. Francamente, la paciencia se va acabando poco a poco.

Cuando nos volvemos a mirar las cosas con una más amplia perspectiva, resultará claro que la revolución operada en la década pasada es por lo menos tan dramática y perversa que no se compadece con el orden de la sociedad, el buen nombre del Ecuador dentro del concierto internacional, el desarrollo de la pequeña, mediana y gran industria. Entonces, tenemos que construir un nuevo modelo de gobierno, para avanzar aceleradamente en muchos niveles a la vez.

De las malas lecciones saquemos las nuevas ideas para registrar con esmero en un futuro inmediato, totalmente diferente a lo relatado en estas líneas.