Se trata de una de las recreaciones tradicionales que se fomentan a lo largo y ancho de todo el país.
Redacción ESMERALDAS
LA HORA
Uno de los juegos tradicionales que se practican en Ecuador y en varios países de América es el palo ensebado, aunque su origen está en Nápoles, Italia, donde se conoce como la curaña. Forma parte de las festividades en las comunidades campesinas, especialmente.
Se trata de un juego en el cual hay que escalar únicamente con la ayuda de los brazos y piernas, por un poste vertical de aproximadamente cinco metros de alto. En la parte baja siempre hay una persona mayor cuidando de que no ocurra algún accidente.
El técnico deportivo Edwin Preciado Hernández, refiere que este entretenimiento tiene varios beneficios sicológicos para quienes participan, sobre todo para los niños y jóvenes, aparte del contenido recreativo.
Lo bueno de esta costumbre -indica el experto- es que hace reír tanto a quienes tratan de escalarlo, como a las personas que miran todas las maniobras que hacen los que buscan arribar a la cúspide del palo para disfrutar de los regalos.
Trabajo en equipo
Preciado dice que el juego fomenta y fortalece el trabajo en equipo.
Para poder llegar a la cima hay que coordinar las acciones donde todos aportan con sus ideas y entregan su contingente físico, pero por lo general hay una persona que cumple el papel de líder.
Algo que fue practicado por los ancestros fue la minga, es decir, esa actividad donde todos se unen para construir una obra. En el palo ensebado se pone en práctica esta acción conjunta, pero a menor escala.
Además, enseña a los niños a trazar estrategias, buscar alternativas para cumplir con el objetivo de llegar arriba y poder disfrutar de los premios.
No hay que dejar de mencionar la recreación que produce en los que buscan arribar a la cima o quienes son testigos cuando ven deslizarse abrazados al palo a los que participan en esta actividad.
Otros aspectos que hay que destacar son la disciplina, la responsabilidad y el saber compartir, debido a que quien llega a la parte alta, por lo general, lanza los regalos que están guindados y quienes están abajo deben reunirlos para que luego exista un reparto equitativo.
En detalle
Esta actividad consiste en colocar un palo en el centro de la plaza o la cancha. Dulces, regalos sorpresas o camisetas se ponen en la cúspide del madero o caña guadúa.
La dificultad es que el palo es bañado con agua jabón, aceite o grasa. (KLR)
Variedad de entretenimientos ancestrales
° Las carreras de ensacados, el juego de la silla vacía, la cinta, el huevo en cuchara, la yuca, la gallina ciega, la panda… formaron parte y aún se los practica en los barrios de algunas ciudades ecuatorianas y en las comunidades campesinas.
Magdalena Quintero, de 62 años, recuerda que cuando era niña, en las festividades de su pueblo, en la parroquia Chinca, cantón Esmeraldas, los dirigentes de la comunidad organizaban las festividades incluyendo estos esparcimientos para la recreación de los niños.
Agrega que, aunque no se tratara de festividades, se organizaban para jugar. “Lo bueno era que por lo general se respetaban las reglas, aunque por allí siempre aparecía uno que otro que trataba de ‘hacer trampa’ o sacar ventaja”.
En los planteles educativos
° La maestra Merlin Castillo Valencia expresa que, durante toda su vida de educadora, los juegos tradicionales han formado parte de la recreación de los alumnos, quienes disfrutan con esta clase de actividades que se las sigue realizando por los efectos positivos que producen.
“Se inculca a respetar las normas, a aceptar la habilidad y superioridad de los ganadores. Los juegos incentivan la motivación de los participantes, les impulsa a tratar de vencer en buena lid”, indica la educadora.
Añade que es importante que esta tradición se conserve, que, así como ha ocurrido hasta ahora, se siga transmitiendo de generación en generación, como una manera de recordar las raíces ancestrales.