Petróleo nuevamente

Eduardo Naranjo Cruz

Los hidrocarburos, recursos benefactores de esta tierra, a unos más que otros, vuelven a ser la etiqueta presentada por el Gobierno. El Aromo, lugar que tanta controversia produjo, retorna con el ministro Pérez. Tiene una propuesta racional para las actuales circunstancias: ejecutar un proyecto de refinación de 300 mil barriles por día para crudos pesados, que lo realizaría la empresa privada mediante el sistema de construcción, operación, traspaso, por un periodo de 20 años, como fue con Texaco. La gasolina producida tendrá precio internacional, como debe ser en un negocio, sin embargo, para el país sería menor si restamos el transporte y calidad garantizada.

Para los técnicos conocedores del tema es una buena opción, bajo diversos puntos de vista, de ahí que cabe esperar la negociación, pero que una vez concluida el público deberá conocerla a plenitud para que no queden dudas ni lodo para los políticos.

Ítalo Cedeño, técnico muy calificado, señala las ventajas de aprovechar potenciales reservas superiores a los 7 mil millones de barriles, sin restar la importancia del hidrocarburo como base para miles de productos que se extraen de este, como la urea para la agricultura.

La prensa debe poner mucho ojo con los lobistas a los que da voz, porque emiten criterios direccionados a intereses que pueden distorsionar un buen proceso de negociación poniendo dudas al aire, antes de nada. Claro, el pasado reciente da para eso, pero hoy se trata sembrar confianza en los inversionistas.

Sobre el proyecto anterior se dijeron tantas cosas, imaginando se tiraron 1.500 millones, se estimarían “comisiones” entre 30 y 60 millones, pero lo demás está ahí, el ministro informó que solo las licencias de uso de marcas costaron 600 millones. Así son las cifras en este negocio.