Ecuador amazónico

Ángel Polibio Chaves

Posiblemente el eco de los carnavales, no nos permitió recordar en este año la trascendencia del 12 de febrero en la vida nacional; no solamente por cuanto el descubrimiento del Río Amazonas es parte importante de la historia del Ecuador, sino por lo que “el Oriente” ha significado a través de la existencia de nuestro país.

Frases como aquellas de: “¡Aucas, Marañón o la guerra!”; aún la desafortunada “El oriente es un mito”; o, el grito de guerra de una nación : “¡ni un paso atrás!”, ilustran que la región oriental ha tenido una presencia permanente en la vida nacional.

Es preciso destacar la significación que esta querida porción de la patria ha tenido y tiene actualmente en nuestras vidas, no solamente por constituir el depósito de la mayor riqueza nacional por sus reservas hidrocarburíferas y, lo que es más, por lo que podría prometer su potencial minero, es ante todo y sobre todo, por su gente y por sus recursos naturales que esta, la tercera región, debe merecer nuestra atención permanente.

Desde el pequeño arroyuelo, hasta los majestuosos afluentes del Amazonas: el Napo, el Pastaza, el Paute o el Zamora, son parte de un sistema único, paradójicamente fuerte y frágil, que es necesario mantener y cuidar con esmero.

Este año, la naturaleza nos ha dado señales de alerta : regiones desérticas sufriendo inundaciones; fríos extremos y altas temperaturas jamás sentidos en distintas regiones del orbe, son el clamor de una madre que nos pide que seamos más cuidadosos con ella. El maravilloso ecosistema de nuestra región oriental, debe merecer entonces un especial cuidado; que la tentación de riqueza inmediata no signifique destruir nuestro futuro.

Solo entonces, tendrá sentido lo que dijo nuestro inolvidable Presidente: ¡DESDE SIEMPRE Y HASTA SIEMPRE, ECUADOR AMAZÓNICO!!!