‘Un resbalón no es caída’

CARLOS CONCHA JIJÓN

Es lo que generalmente decimos cuando se comete un error, pero en el caso de la Cancillería, por ser repetido, cada resbalón es una caída atroz, porque son intereses del país que han originado serios y graves comentarios sobre el desempeño en estas funciones.

Así tenemos: “Parece que no tiene idea del trabajo que debe hacer”. “Después de haber sido Canciller en dos gobiernos y Embajadora ante importantes organismos internacionales, hasta ahora no entiende la diferencia entre la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos”. El presidente Moreno necesita urgente un “peso pesado” en la Cancillería.

Otro comentario: “No se encuentra justificación para que la Canciller en varios fueros internacionales haya votado recurrentemente, en respaldo al régimen dictatorial de Nicolás Maduro, cuando el mundo sabe de la perversidad de ese régimen”.

Hoy sabemos por la prensa, que en la Cancillería y otras instituciones, existen todavía algunos incondicionales del correato, sin que el presidente Moreno tenga conocimiento, ni justificación, para que continúen en estas funciones, sabiéndose que ese sedicioso sedimento de oposición ciega a su gobierno, actuó fanáticamente en la consulta votando con un rotundo No, el 26% en las preguntas 1 y 4, para que no se sancione a los corruptos y permitiendo que prescriban los delitos sexuales en contra de niños, niñas y adolescentes.

No está por demás señala, como agravante, que en el caso de Julián Assange haya trascendido internacionalmente, el hecho de haber dado cédula ecuatoriana para supuestamente ayudar a un reclamado por la justicia e intentar acreditarlo como funcionario de la Embajada, situación muy criticada por muchos sectores del pueblo ecuatoriano. Ahora conocemos que, frente a esta argucia equivocada de la Cancillería, Londres fue terminante al expresar: “Ecuador sabe que el modo de resolver este asunto es que Julián Assange salga de la Embajada para enfrentar la justicia”.

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