Impuesto cerebral

Pablo Izquierdo Pinos

De todos los impuestos que el Gobierno de la última década nos impuso, el que más daño sociogénico-biológico produjo en los niños es el ‘impuesto cognitivo’ (daño cerebral), secuela de la desnutrición crónica infantil. Este indicador es el más violento, el que describe el subdesarrollo, la corrupción, la indiferencia, la inequidad, la pobreza social.

El cerebro pesa al nacer 35 gramos, equivalentes a 6 monedas de un dólar. Al año de edad se dispara a casi un kilo de peso o 150 monedas de un dólar. De adulto el cerebro pesa 1 kilo 200 gramos o 200 monedas de un dólar. El crecimiento gigantezco lo hace durante el primer año de vida. Si nacemos y morimos con la misma cantidad de neuronas ¿por qué aumenta el peso del cerebro? De las 100 a 140 mil millones de neuronas con que nacemos, en los 3 milímetros de espesor de la corteza cerebral cada una produce hasta 15 mil cables que se unen sucesivamente con otras. El 50% del crecimiento depende de una buena alimentación y el otro 50% de una buena estimulación.

El Ecuador tiene más de dos millones de niños entre 0 y 5 años. Unos 500 mil tienen desnutrición crónica. Hay barrios como Quito Tenis o Samborondón con indicadores de Suiza o Finlandia. El otro extremo, provincias como Chimborazo con 52,6%; Bolìvar, 48%; Cotopaxi, 43%, indicadores de Etiopía. En este segmento, de 100 niños que entran a la escuela, alrededor de 40 terminan la secundaria y la mitad no puede resolver una operación matemática simple ni comprender un texto complejo. La intocada estructura de lo social y salud en 10 años y con una inversión millonaria, logró apenas bajar un punto el porcentaje de desnutrición.

Anécdota: en 2011 en una reunión de especialistas de la región en la presidencia de la Republica, Carlos Grau (prestigioso economista de la salud uruguayo) salió indignado del derroche de recursos en las áreas social y de salud y de la medianía de sus autoridades. Invitamos a nuestros maestros, Abel Albino (argentino) y Fernando Monckeberg (chileno), que querían volcar su éxito y su experiencia en materia de desnutrición infantil en nuestro país de manera gratuita. Los genios de aquí se opusieron. Guardo sus comentarios.

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