Los predestinados

Por: ATLLIO RUGEL ALBÁN

“No existe nada bueno ni malo; es el pensamiento humano el que lo hace parecer así”, W. Shakespeare. Ninguna persona del planeta Tierra se ha vacunado para inmunizarse contra las críticas que responden a sus torpezas, al menos todavía no se la ha inventado. Parece que en Esmeraldas y en el país solo poquísimas personas se creen con el derecho de adquirir dignidades, cuya única meta es llenarse los bolsillos con dinero del pueblo; de no ser así, probablemente ni en lo más remoto de sus sueños buscarían posiciones.

Y es que muchos (as) ya se acostumbraron a vivir de componendas que les producen rentas y ahora que con la consulta popular se les quiere cortar las alas para que dejen de volar alto, ya piensan en cambiarse de dignidades para lo cual pactan hasta con el diablo y que en el caso de Esmeraldas a un año de producirse las elecciones ya están distribuidos los cargos de Alcalde(sa) y Prefecto(a), restando empatar concejalías y consejerías que repartirán entre los que aporten económicamente en las campañas. Y el ciudadano común muchos con méritos, pero sin plata y para evitarse no verse enredados en la turbulencia de calumnias gratuitas se apartan del camino y limpian el paso a los predestinados. Todo obedece a que la duda precede al desarrollo de la consciencia y al despertar de nuestro ser interior, porque no aprendemos ni nos enseñaron a escapar de la ignorancia emocional que invade el espacio del aire que respiramos.

El ciudadano por desgracia está acostumbrado a tomar decisiones de manera rápida, que le impide ser resolutivo y ser firmes y seguros en nuestras decisiones, que en el andar del tiempo descubrimos el engaño a que nos sometieron. Parece que la forma más fácil de hacer dinero es haciendo de la política una profesión; esto lo sabe el pueblo y no lo expresan por evitarse animadversiones producto de las limitaciones e imperfecciones que adornan nuestra personalidad. El pueblo debe despertar y poniendo toda la lucidez e ingenio de la inteligencia aprendamos a tomar decisiones que nos saquen de la virulencia y afán egocentrista de los mismos de siempre, cuyo único objetivo es acuñar dinero de cualquier manera.

Ya estamos hartos de tanto oprobio y sino miren lo que pasa en la Asamblea Nacional, donde se han enquistado, los que usaron el apodo de ‘revolucionarios’ y hoy sabemos que están ricos y a pesar de los cientos de denuncias documentadas, niegan las aseveraciones que les caen como gotas de lluvia y con una careta que les cubre el rostro por la falta de personalidad, tratando de justificar sus desafueros, dicen que son perseguidos políticos.