Francisco Carrión confía en que la política exterior se refresque

ENTREVISTA. Carrión fue canciller en el Gobierno de Alfredo Palacio.
ENTREVISTA. Carrión fue canciller en el Gobierno de Alfredo Palacio.

El Embajador en Estados Unidos presentó el lunes un libro que analiza el tema. Pronto se mudará a Washington.

Francisco Carrión es el flamante embajador ecuatoriano ante el Gobierno de Donald Trump. El Departamento de Estado dio el beneplácito luego del rechazo de la nominación de Alexis Mera, que las autoridades estadounidenses ni siquiera se molestaron en responder.

Carrión dejó el servicio exterior durante el Gobierno de Rafael Correa y desde entonces se dedicó a la academia. El pasado lunes sacó su libro ‘Ecuador: entre la inserción y el aislamiento’.

¿Por qué en su libro analiza el periodo de 2000 a 2015?
Este es un proceso de investigación que he hecho dentro del contexto de mis actividades como investigador asociado de Flacso, desde hace ya varios años. El 2000 sigue a la firma de paz con Perú en 1998, que no significó la implementación de la normalización de las relaciones. Eso se produjo hasta que el presidente Gustavo Noboa visitó Lima. Tomo a 2000 como comienzo de esa normalización. Los primeros 15 años de este siglo han sido sumamente ricos en acontecimientos en Ecuador y el exterior. Por el lado internacional, bien sabemos la agudización del terrorismo, las relaciones que ha habido con países europeos, el surgimiento de China, una serie de factores que han hecho que estos 15 años marquen una etapa. En el contexto interno ha habido una marcada división en dos etapas, la primera hasta 2007, en que hubo una enorme inestabilidad institucional y política, cuatro presidentes; y luego una de estabilidad.

¿Nos insertamos o nos aislamos?
Esa conclusión tiene que sacar el lector a partir de mi investigación. No se trata de un libro de historia, sino más bien temático. El comportamiento de la política exterior en los temas bilaterales, la política exterior del presidente Correa, las relaciones multilaterales con las Naciones Unidas, la OEA, o el empeño en armar los procesos de integración y, en otros casos, crear nuevos como Unasur o la ALBA. ¿Hasta donde esos mecanismos, que no eran más que estrategias para el logro de objetivos, dieron o no resultado? Es interesante hacer una evaluación.

Vamos ahora al tema de su misión actual. ¿Cómo están las relaciones internacionales con Estados Unidos?
No hay duda de que la situación de Ecuador en algunos temas es bastante compleja. Uno de los temas de bastante desencuentro es el tema migratorio. El señor Trump ha sido muy claro, enfático en rechazar a la migración en Estados Unidos, al extremo de plantear la construcción de un muro, lo cual me parece a mí un despropósito. Ecuador no es un país que sufre tanto de eso como otros países, especialmente México y los de Centroamérica. Eso no obsta que, como país, cumpla con las obligaciones que tiene para atender a los ecuatorianos con la red de consulados. Espero que haya suficiente profesionalismo. Pese a los esfuerzos del expresidente Correa, se politizó la gestión consular con fines exclusivamente partidistas. Espero que con este Gobierno y servicio exterior se busque la profesionalización.

En la presentación de cartas credenciales a Trump, ¿vio que habrá una relación fluida?
La conversación fue muy formal, no entramos de ninguna manera en detalles. En ese tipo de ceremonias no se tratan temas puntuales. Pero la posición es clara, él la reivindica cada vez que puede. Yo estoy consciente de que ese es un espacio donde poca capacidad de encuentro hay entre los dos países. El Gobierno debe hacer un esfuerzo para que los ecuatorianos en el exterior puedan ser atendidos.

En la coyuntura de la corrupción, la Embajada deberá tramitar la extradición de los corruptos.
Esa es una de las líneas señaladas por el presidente Moreno y está claro que durante sus primeros meses de ejercicio de la Presidencia ha dado muestras de su voluntad de luchar contra la corrupción. Es la Justicia, no el Ejecutivo, la encargada de elaborar los alegatos y preparar el proceso para conseguir la extradición. Esto se tramita a través de la Embajada, como un canal para transmitir toda la documentación. Es necesaria esa muestra de respaldo de Estados Unidos a la democracia y a la institucionalidad ecuatoriana, para que aquellos que han cometido delitos vengan a hacer frente a la justicia.

El tema de Venezuela será una constante entre los diplomáticos.
Washington es la capital del país más importante del planeta, todo repercute allá. En temas bilaterales y multilaterales. Pienso que Ecuador debe tener una posición muy clara, muy definida, ser franco respecto de comercio, inversiones, política exterior, Venezuela, la OEA. Lo que me hizo tomar la decisión de volver a participar en el servicio exterior, que yo ya había dejado, es que no hay ninguna duda de que este es un Gobierno distinto al anterior. Yo renuncié a la carrera diplomática por desacuerdos con la política del expresidente Correa. Yo tomé la palabra del presidente Moreno de que quiere refrescar la política exterior. Y refrescar significa dar un enfoque distinto, nuevo, que vaya a un cambio de lo antiguo. Hay que estar más a tiempo con lo que acontece en el mundo contemporáneo. (MMD)

FRASES

Refrescar significa dar un enfoque distinto. Hay que estar más a tiempo con lo que acontece en el mundo contemporáneo”.El señor Trump ha sido muy claro, enfático en rechazar a la migración en Estados Unidos”.

Se politizó la gestión consular con fines exclusivamente partidistas. Espero que con este Gobierno se busque la profesionalización”.