Parkland

Juan Sebastián Vargas

Esta semana escuché un testimonio desgarrador del padre de una de las víctimas de la reciente masacre de Parkland en Florida, Estados Unidos, sus palabras fueron en la misma Casa Blanca y frente al Presidente, recriminó una y otra vez la falta de acción y determinación para frenar estas tragedias, además, propuso que se hagan controles similares a los que se realizan en aeropuertos, embajadas, museos y lugares de interés público y de esta manera establecer filtros de seguridad en las escuelas y colegios en todo el país, sumido en su dolor y junto con sus otros dos hijos recordó que nunca jamás volverá a ver a su pequeña hija mientras veía a un Donald Trump aparentemente preocupado y perplejo con el relato doloroso e impotente, a su vez, uno de los muchachos sobrevivientes de la tragedia, Samuel Zeif, comentó que una persona de 20 años adquirió un rifle AR-15 en tan solo cinco minutos con un documento de identidad vencido, la respuesta de Trump era de esperarse, para empezar tenía escrito en un papel algunas frases de lo que tenía que responder, lo que nos da una idea de la capacidad de manejar este tipo de situaciones complejas por parte del Presidente, de hecho propuso que se deberían entrenar a los maestros en el majeo de armas de fuego y permitir que las porten en las escuelas con el fin de “supuestamente” disuadir posibles ataques, una sugerencia rechazada en su gran mayoría por las personas presentes, y es que tenía más lógica la propuesta del padre de la víctima al solicitar controles estrictos en los centros educativos que la idea de Trump de ingresar más armas para los profesores, es aquí cuando surge la duda sobre los intereses económicos que deben existir de por medio sobre el negocio de las armas en los EE.UU. que hasta el mismo Presidente debe tenerlos.

Nuevamente se abre el debate sobre el control de armas y es que lamentablemente en la primera potencia mundial comprar un rifle de asalto es sumamente fácil amparados en la Segunda Enmienda de la Constitución que protege el derecho del pueblo estadounidense a poseer y portar armas, un tema que debe ser revisado urgente y como dijo el activista Michael Moore, “es una enmienda desfasada para nuestros tiempos”.