Pensamiento de m…

Por: LUIS COELLO KUON YENG

Una popular frase de Donald Trump cuando asume la Casa Blanca fue: “hacer grande a América -otra vez-”. Bueno, en mi particular concepto lo hizo, no grande a América, pero lo hizo otra vez al abrir su boca e insultó con improperios a países como Haití, El Salvador y a varios africanos, al tildarlos de «países de m…». Ahí está, ¡lo hizo otra vez! la embarró a tal punto que desprestigia aún más su insípida administración presidencial y coloca su imagen como el ser que es, un impertinente.

Todavía no logro explicarme, cómo una persona con sus antecedentes, su excéntrica forma de vida, su oprobiosa opinión acerca de inmigrantes y minorías étnicas, logró llegar a la Casa Blanca. Aunque siendo sincero, él representa el más fiel pensamiento americano. Estos últimos deberían pensar y meditar si realmente quien los representa en calidad de máxima autoridad, estuvo, está o estará en condiciones mentales idóneas para ser primer mandatario. ¿Cómo lo toleran? ¡Gran dilema existencial! Juega al más “machito” con su par norcoreano, acerca de quien tiene el botón más grande y más rápido para lanzar misiles nucleares. Un juego de vaqueros tal parece.

Hay una frase muy popular que dice; “los pueblos se merecen a sus gobernantes. Algo con lo cual no estoy de acuerdo. Nos merecemos mejores personas (mujeres y hombres) que gobiernen con rectitud y no de manera despótica o tirana, basados en las leyes existentes, con total pulcritud y sin corrupción. Sabiendo que debe servir a todos sin escatimar esfuerzos ni segregar a nadie por color de piel, religión, doctrina política o país de origen. Otra opinión que tengo sobre él y su mandato es que carece de una brújula, o sea, no tiene un horizonte claro de a dónde ir, cómo ir y qué hacer.

Mi pensamiento está afirmado según lo escribe Michael Wolff en su novel libro ‘Fuego y furia: dentro de la Casa Blanca de Trump’. Él menciona que al conocerse ganador su cara y la de su esposa Melania, registraron pánico total. No imaginó salir victorioso. Entonces retomo lo antes dicho, carece de un esquema de gobierno eficaz, eficiente y real. Las improvisaciones terminan en resultados nefatos y catastróficos. Sólo miremos nuestra historia y recordemos los tres gobiernos de Bucaram, Mahuad y Gutiérrez; exiguas cosas buenas que añadir.

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