La justicia sobre la injusticia

MARÍA LUISA GÓMEZ DE LA TORRE GÓMEZ

Ahora sí, por fin amables lectores, se observa la sana voluntad, la posición incólume de los jueces y defensores de la dignidad humana, sano y vasto pronunciamiento de seres que demuestran conocer y posicionamiento del articulado que reza la aplicación de la justicia, aunque aún falta por verse la cristalización de hechos contundentes que han lesionado la profesionalización, humanismo, actuación y representatividad en nuestro suelo patrio. La comidilla persiste todavía en gente enfermiza y obstinada a favor del líder de la corrupción, no se desmayará en el país en descubrir a los malhechores, atracadores, vividores, sacapintas, falsas autoridades que “melaron” en la década pasada del pastel del reparto.

La justicia prima sobre la injusticia y se palpa la realidad al ser sobreseídos Fernando Villavicencio y Kléver Jiménez, los valientes y persistentes en denunciar la podredumbre administrativa; satisface que el caballero Ángel Polibio Chávez haya sido sobreseído de la inculpación que atropellada y antojadizamente se propició sin que existan las pruebas que dañaron el pronunciamiento estadístico llevado a cabo por Cedatos, quedando exento del supuesto delito de falsificación y uso doloso de documentos.

La Vicepresidenta y la Canciller deben obrar con suma mesura y prudencia, contar hasta diez para que emitan un pronunciamiento que atropelle la imagen ecuatoriana, llegaron a ostentar cargos no por carrera sino por política nada más, son correítas a cepa y ya sabemos el terrible mal e idolatría que profesan quienes mal hacen en tomar el nombre de Alfaro para propiciar terribles males, la dignidad y valía del Viejo Luchador no contempla absurdos, iniquidades ni indignidades que manchen su buen nombre y menoscaben su figura.

El acosamiento terminó para ciertas personas, pues el Tribunal de Justicia ha hecho notable presencia, así quedan en mal predicamento las injuriosas sabatinas que afanosamente se propusieron condenar, calumniar, mostrar fotos, romper periódicos, manotear para que la gente creyera las mentiras antojadizas mientras que, a los sicarios, violadores, ladrones les tapen la cara para esconder el delito perpetrado. La sinvergüencería se terminó y la altivez sale a flote en defensa de la verdad y pronunciamiento frontal como el caso de la asambleísta Cristina Reyes quien salió sentenciada por haberse expresado con frontalidad contra la presidenta del CAL, pero la jueza emitió el dictamen a favor de quien resaltó la verdad en sus palabras y no anduvo con paños tibios. Resta dilucidar el uso y abuso de poder del Superintendente de Comunicación, quien se excusa basado en la Ley aprobada por la Asamblea.