Por: LUIS REINOSO GARZON
Casi todas las actividades del ser humano estan en función del agua disponible en lagos pantanos, ríos, causes hídricos en general, así lo demuestran las construcciones de represas, canales de riego, hidroeléctricas, molinos, agua potable; pero debido al cambio climático, el insumo principal va disminuyendo hasta niveles críticos a tal punto que ya no alcanza a satisfacer todas las necesidades; por estas razones las legislaciones del mundo obligan a mantener en el cauce, un flujo mínimo de agua necesaria para preservar los valores ecológicos tales como los hábitats naturales que resguardan la riqueza de flora y fauna acuática. Estas obras hidráulicas son tan abundantes en los ecosistemas pluviales que, en la actualidad, son pocos los ríos cuyos caudales no estan regulados artificialmente; por ello la gestión del agua y de los recursos biológicos con ella relacionados deben enfrentarse con frecuencia a la problemática que estas obras originan, entonces es importante cuantificar los caudales circulantes mínimos.
Para determinar el caudal ecológico de un río o arroyo se han utilizado algunos métodos como el análisis cuidadoso de las necesidades mínimas de los ecosistemas existentes en el área de influencia que en alguna forma va a modificar el caudal natural del cauce hídrico que según algunas recomendaciones debe ser entre el 10 y 30% de caudal medio.
En el Ecuador no se han socializado estos conceptos peor su aplicación; de manera que entraremos en graves conflictos con el Estado que ha entregado concesiones de agua que no existen; así en el rio Illuchi como ejemplo, que jamás se ha secado anteriormente pero desde hace cinco años el cauce queda sin agua por varios meses; porque existe una toma en la parte alta que desvían todo el caudal sin tomar en cuenta que rio abajo quedan muchos usuarios sin agua.