El niño caporal une a indígenas y mestizos

FE. María Soledad Núñez, fundadora de la celebración (derecha), junto con su nuera Gladis Acosta, rinde homenaje al niño caporal.
FE. María Soledad Núñez, fundadora de la celebración (derecha), junto con su nuera Gladis Acosta, rinde homenaje al niño caporal.

Con bandas de pueblo, disfrazados, chicha, comparsas y comida criolla se rinde homenaje al Niño carnavalero.

Redacción TUNGURAHUA

En el sector de Huachi Totoras, al sur oriente de Ambato, se rinde homenaje al Niño carnavalero o Niño caporal. En esta celebración se dan cita mestizos e indígenas para agradecele los favores recibidos con el tradicional festejo de los caporales.

María Soledad Núñez, oriunda de Huachi Totoras, tiene 76 años y es fundadora de la fiesta. Ella continúa con la tradición inculcada por su suegra, María Aldás (+). Esta conmemoración la realizan desde hace 99 años. “Yo le velo todas las noches (al Niñito), él me bendice, me protege y me ayuda en mi trabajo”, enfatizó.

ALEGRÍA. Doñas, negros, caporales, priostes, músicos y el vecindario integran esta festividad.
ALEGRÍA. Doñas, negros, caporales, priostes, músicos y el vecindario integran esta festividad.

Integrantes
En esta fiesta intervienen los reyes magos, quienes hicieron una especie de diálogo que representa los regalos para el Niño caporal. También están los negros, que son los que cargan campanas sobre sus hombros, que significa los 12 meses del año. Mientras que las doñas, hombres vestidos de mujeres indígenas, dan los alimentos y acompañan a los negros.

EL DATO
Antiguamente los integrantes de la fiesta de Huachi Totoras ocupaban la vestimenta prestada por indígenas del pueblo Salasaca. En la actualidad la ropa les provee la fundadora de la festividad. Las personas que colaboran para la contratación de una banda de pueblo que ameniza el evento se llaman huashayos. Los caporales son quienes visten con fachalina de colores y un azadón, que representa el trabajo en el campo, para reunir dinero para la festividad del año siguiente.

A pesar de ser un acto mestizo, también participan los salasacas con cánticos y visitan la parroquia para ser parte de la misma.

Los salasacas, a modo de dramatización, llegan en jinetes cargados de cajas con oro y plata para gastar en la fiesta, y, cuando ya termina, se van con las cajas vacías a laborar nuevamente para el otro año.

Ellos también intervienen en la fiesta entonando sus instrumentos musicales. Manuel Masaquiza, músico de Salasaca, manifestó que “la bocina llama a todo pueblo, sea mestizo o indígena”. Añadió que por lo general este instrumento no se toca en cualquier lado, sino en lugares específicos de su parroquia, mientras que en el sector lo hace en cualquier sitio porque los mestizos no saben de esta tradición.

TRADICIÓN. Los reyes magos realizan una dramatización como parte de la conmemoración.
TRADICIÓN. Los reyes magos realizan una dramatización como parte de la conmemoración.

Actividades
La fiesta inicia con bandas de pueblo y la misa de celebración. Después toda la comunidad de Huachi Totoras hace el recorrido con el Niño caporal por las calles del sector. Luego se dan cita en la cancha central para la dramatización con los reyes magos.

En la tarde hacen el recorrido a la loma, donde se reparten panes a los acompañantes y finalmente se informa cuáles serán los caporales para el siguiente año, explicó Gladis Acosta, oriunda del lugar.

Planificación
° Este año solo un caporal (prioste) financió toda la fiesta, mientras que en 2019 tres familias serán las encargadas de desarrollar esta celebración, los Núñez Guerrero, Núñez Coro y Aldás Núñez.

“Nosotros lo hacemos por fe, por devoción al Niño caporal y no por vanidad”, comentó Luis Ángel Núñez, quien prevé gastar alrededor de 10.000 dólares el siguiente año. (EO)