Configuración genética favorece enlaces con células nerviosas

FENÓMENO. El sentido de la la vista puede activarse al escucharse un sonido.
FENÓMENO. El sentido de la la vista puede activarse al escucharse un sonido.

Redacciòn WASHINGTON

EFE

Las personas con sinestesia presentan un factor común en su configuración genética que favorece las conexiones de las neuronas con otras células nerviosas, según un estudio publicado hoy por el Instituto para la Psicolingüística Max Plank y la Universidad de Cambridge.

La investigación realizada por ambos centros concluyó que las principales variantes genéticas entre las personas sinestésicas pueden ser diferentes, pero que tienen aspectos en común, según un comunicado del Instituto.
La común entre los sinestésicos reside en un «enriquecimiento» de los genes involucrados en el procedimiento de la axogénesis, que implica la conexión entre las neuronas y las células nerviosas, así como la circulación de los impulsos nerviosos.

Este proceso es esencial para que las células cerebrales consigan enlazarse con sus «compañeras correctas» de otros sistemas en cada caso concreto.
La sinestesia es un fenómeno que implica una variación de la percepción de los seres humanos que se produce cuando la estimulación de un sentido conlleva una experiencia sensorial en otro sistema que no haya sido estimulado como tal; por ejemplo, que se active el sentido de la vista al escuchar un sonido.

El estudio se basó en un análisis del ADN a tres familias en las que «múltiples» miembros de distintas generaciones han experimentado color cuando escuchaban sonidos.

La investigación se centró en alteraciones extrañas del ADN que alteraban la forma por la que los genes se comportaban ante las proteínas y que implicaban la herencia de la sinestesia en cada una de las familias.

El director del Centro de Investigación del Autismo de la Universidad de Cambridge destacó que el análisis «revela cómo la variación genética puede modificar las experiencias sensoriales mediante la alteración de las conexiones en el cerebro».

«Incluso las familias que experimentan la misma forma de sinestesia son proclives a diferir en términos de explicaciones genéticas específicas», afirmó Simon Fisher, director del Instituto para la Psicolingüística Max Plank.