¿Hasta cuándo Padre Almeida?

POR: Fausto Jaramillo Y.

Hace pocas horas ha terminado un capítulo de la denigrante telenovela que los ecuatorianos venimos espectando desde hace ya varios años. Un buen título de esta obra sería: la corrupción; aunque más certeramente sería: cómo engañar a los ciudadanos para lograr que voten por mi movimiento sin que se enteren que nos dedicaremos a coimar y esquilmar los fondos públicos.

Muchos son los actores activos de este drama, todos jóvenes políticos de la nueva generación, que en su día nos dijeron que tenían la cabeza fría, el corazón ardiente y las manos limpias; que sus actos estarían encaminados al bien común y que transformarían la forma de hacer política hasta hacerla transparente y ética. La realidad es que la empujaron aún más al albañal de la indecencia, al pantano de la inmoralidad.

El Presidente de la Asamblea ha sido destituido debido a la publicación de una grabación de una conversación telefónica sostenida con el hoy prófugo de la justicia y ex contralor, en la que los dos confiesan sin ambages que unirán para delinquir cambiando documentos e intentando “bajarle” al Fiscal General de la Nación. El ex Presidente de la Asamblea, en su juventud, en su natal Cuenca era conocido como un ferviente defensor de los Derechos Humanos, pero al encaramarse al poder fue responsable de muchos decretos y acciones que contradijeron sus ideales juveniles. Por ejemplo, fue el mentalizador de la criminalización de la protesta social; escondió pruebas y documentos en los asesinatos del General Gabela y Fausto Valdiviezo, persiguió a quienes no pensaban igual que el gobierno y hasta fue parte de lo que hoy se sabe, fue el montaje más canallesco de un magnicidio que nunca existió. Esa doble moral le ha pasado factura.

Igualmente, el Fiscal será enjuiciado políticamente por la Asamblea que no creyó en su palabra. Ahora, deberá responder por sus acciones y sobre todo por sus omisiones. Al parecer sus acciones estuvieron encaminadas a encubrir hechos y nombres, antes que aclarar los actos de corrupción de funcionarios del anterior gobierno. Igualmente, su doble moral, ahora le ha pasado factura.

Seguirán otros capítulos, porque esta telenovela no ha terminado. Aparecerán nuevos hechos y otros actores, mientras los ecuatorianos seguimos asqueados de tanta inmundicia; sin embargo debemos seguir atentos a este drama, porque nos hace falta un baño de verdad que nos muestre sin cortinas lo realmente sucedido en los años de bonanza económica y gigantesco engaño.