El nuevo Gobierno ha implicado que figuras visibles del correísmo hayan caído.
La caída del exvicepresidente Jorge Glas desató un dominó. Ya sea por su participación en actos escandalosos o simplemente por la incompatibilidad de su visión con el momento político durante el Gobierno del presidente, Lenín Moreno, varias figuras relevantes del correísmo han ido cayendo y otras están sostenidas por una diminuta hebra de hilo.
El excontralor Carlos Pólit, hoy prófugo de la Justicia, huyó del país, renunció al cargo y fue censurado por la Asamblea. Ricardo Patiño, Virgilio Hernández y Paola Pabón, prefirieron salir del Gobierno para mantenerse leales a Rafael Correa. El exprocurador Diego García renunció. Los miembros del Consejo de Participación Ciudadana fueron cesados. José Serrano, quien fue varios años ministro del Interior del correísmo, fue destituido como presidente del Legislativo.
Los asambleístas, de hecho, apuntan a reestructurar todas las autoridades del Parlamento. Mientras que Carlos Ochoa, el extitular de la Superintendencia de Comunicación, fue cesado por el Consejo transitorio de Participación Ciudadana y luego censurado por la Asamblea. La lista sigue: Carlos Baca Mancheno, el fiscal general, será llamado a juicio político y su subrogante, Thania Moreno, tiene al menos tres investigaciones.
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miembros del CPC correísta fueron cesados tras la consulta popular.“Lenín Moreno está tratando de construir o terminar de consolidar un proyecto político y creo que al mediano o largo plazo, Moreno está buscando crear hegemonía en cuanto al control político del país”, dice el analista político Pablo Játiva. Para él, la lucha contra la caída de Glas y Serrano, por ejemplo, “responden a una fiscalización que era necesaria, pero, al mismo tiempo, a un relato de combate a la corrupción que lo que hace es fortalecer la posición de poder de Moreno”.
Análisis
La columnista y exconcejala de Quito Beatriz León no cree que este momento tenga que ver con una descomposición política de las instituciones del Estado, sino que el “Estado es muy primitivo, en el sentido de que no hay afán de crear institucionalidad”. Ella considera “que hay muy pocos políticos que tienen interés real por el país, y que quieren trabajar por hacer lo mejor posible para que las cosas mejoren a largo plazo en lugar de conseguir votos”. El problema, entonces, trascendería lo institucional: “las personas que se meten a la política con ilusión de hacer cambios al poco tiempo se dan cuenta de que esa maquinaria perversa es muy fuerte y que los intereses más poderosos no son el bienestar del país sino permanecer en sus puestos”.
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años de prisión deberá pagar Jorge Glas si se ejecuta su condena.
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votos aprobaron la destitución de José Serrano. En su opinión, así es como pequeñas trampas terminan con escándalos de corrupción como Odebrecht, Petrochina y Petroecuador. Cuando se le pregunta a León si la actual lucha tiene que ver con una guerra de poder, responde que la crisis institucional es, en realidad, una crisis moral. “En la realidad son personas débiles y que tienen unos aparatos electorales también muy susceptibles a la manipulación y no realmente formados en política”, dice.
Piensa que no eran líderes políticos fuertes, más bien “personas que no eran capaces de sustentarse a sí mismos”. Ella pone de ejemplo a Glas. “Era el Estado el dueño de los recursos y estos individuos, con poca ética, pretendieron que son ellos eran los que estaban entregando los recursos para la reconstrucción de Manabí tras el terremoto”, dice.
Játiva observa que incluso la oposición está anulada ante el relato político que él describe y que estaría siendo construido como estrategia del Régimen. “La oposición se queda sin piso, agenda o discurso”, dice, “habrá que ver cuánto dura, sobre todo en las decisiones económicas”. (MMD)