Latacunga, ciudad verde

LUIS REINOSO GARZÓN

Hace cincuenta años Latacunga era una ciudad pequeña, que se extendía por el norte hasta el Salto, al Sur, la Av. Atahualpa, al Este La casa de Artes y la Laguna, al Oeste la Estación del Ferrocarril; desde el punto de vista climático la ciudad gozaba de una temperatura media de 13.5° grados centígrados y una precipitación de 550 ml por año; disponía de una abundante vegetación con árboles de cedro, nogal, aliso, exuberantes capulíes, molles; arbustos como marco, variedades de chilcas, palo bobo, guanto, flopripondio, espinos, tunas, pumamaqui, uvillas y un ilimitado estrato de plantas herbáceas, que todo en conjunto esta vegetación modulaba los rigores del clima.

Además una línea grande de especies silvestres como: mamíferos, aves, batracios. El páramo más cercano a la ciudad, el Putzalagua, con gran parte de los especímenes de la Cordillera Central como: polilepis, mortiños, gualicones, chuquiragua, achupallas, paja, romerillo, etc.,

Dentro de mis apreciaciones, Latacunga era una ciudad verde sostenible, porque en los alrededores habían cultivos de hortalizas, hierbas medicinales, flores, tomates. Qué época aquella en donde el tiempo pasaba en forma apacible, con gente alegre, culta y respetuosa.

Hoy ha perdido la categoría de ciudad franciscana, pacífica para convertirse en una urbe con crecimiento desordenado, sin planificación, en donde se han utilizado suelos aptos para la agricultura en proyectos de vivienda, contaminada de basura, con alta delincuencia, alta migración, presencia de gases tóxicos en el aire, las aguas de sus ríos, canales, lagunas, humedales contaminados; pero Latacunga con las recomendaciones de Habitat III, puede todavía convertirse nuevamente en ciudad verde si se repone la vegetación que hemos perdido.

El concepto de ciudades verdes con capacidad de recuperación se suele asociar a una planificación urbana seria.