Entre los métodos de sanación que utilizan están las limpias y el consumo de aguas medicinales.
Redacción TUNGURAHUA
Estar en paz con el entorno, procurar estabilidad emocional, física y espiritual es lo que le permite a un hampi yachay (curandero) acercarse de manera correcta a una persona que necesita sanación.
Franklin Caballero, director del Museo de Salasaka y excurandero, manifestó que en el proceso de ejecución de la medicina ancestral es necesario purificarse para que, tanto quien da sus conocimientos como quien los recibe, puedan beneficiarse de ella.
“La purificación del cuerpo y el espíritu son esenciales en el momento de realizar una limpia, para que las energías se canalicen de manera adecuada y la sanación llegue a quien la necesita”, aseveró Caballero.
Sostuvo que los curanderos son las personas que conocen sobre la parte espiritual, de la medicina natural y de cómo utilizar estos elementos para despojarse de males que aquejen al cuerpo y al alma.
Realidad local
En Salasaka, por ser una comunidad indígena, la creencia en las limpias, la efectividad del consumo de plantas medicinales, entre otros métodos de curación de los saberes ancestrales, todavía prevalece; sin embargo, el número de personas que se encargan de su práctica va en disminución.
De acuerdo con Caballero, esta realidad se debe a que la legitimación de los hampi yachay ya no cuenta con la certificación de la población como en tiempos de antaño.
EL DATO
Las limpias que se realizan en los sitios sagrados de Salasaka o en lugares naturales como cascadas, ríos, entre otros. Su costo varía entre 100 y 150 dólares. A pesar de ello todavía existen curanderos que se niegan a dejar morir este bagaje cultural tan propio de los pueblos originarios. Por ejemplo, en la parroquia se encuentra a Gabriel Pandi, quien cuenta con un local en el cual promociona la prevención y la sanación del cuerpo a través de la medicina ancestral.
Pandi cree que es necesario rescatar todos los saberes transmitidos de manera oral de padres a hijos para elaborar remedios 100% naturales. Él mismo transforma las plantas en remedios que luego los utiliza para aliviar dolencias que tengan que ver con todo el organismo del ser humano.
“La pachamama nos da todos los elementos para poder sanarnos, solo tenemos que ver cómo utilizarlos adecuadamente”, resaltó el curandero.
Agregó que, si bien es cierto que la naturaleza da todo para curar algún mal, es muy importante que la persona enferma crea con un corazón puro, de lo contrario ningún esfuerzo será bien recibido por su cuerpo y espíritu.
Tipos de limpia
Cada elemento de la naturaleza tiene su fin, por ello, Pandi explicó que cuando una persona está con ‘mal aire’ hay que limpiar con chontas, con fuego, entre otros, para sacar todas las energías negativas.
El huevo se pasa cuando hay ‘mal de ojo’ y ‘malas vibras’, de manera especial en los niños porque son débiles.
Tanto Caballero como Pandi señalan que para las limpias se utilizan plantas nativas de la comunidad como címbalo, soroyuyo, ruda, santa maría, sauco, marco y el tallo del ajo.
Dentro de la naturaleza hay lugares especiales en los que la corriente de las energías es mucho más fuerte para obtener una sanación completa. Entonces, las limpias también se las puede realizar en lugares como cascadas, montañas, valles o lugares sagrados de cada comunidad, indica el especialista. (EO)
Promover la cultura
° Cada elemento, desde la presentación en la vestimenta, utilizado para un ritual de sanación tiene su significado, conocimiento que es atractivo para quienes visitan Salasaka y otras parroquias indígenas de Ecuador. “Siempre hemos vivido con nuestra cultura, es visible e impactante a escala internacional y por eso debemos seguir revalorándola para que las futuras generaciones sigan cultivando cada saber transmitido desde nuestros antepasados”, comenta el curandero Gabriel Pandi.
Agrega que el 70% de las personas indígenas respetan la tradición y cultura, realidad reflejada en mayor número para los adultos; sin embargo, en los jóvenes la situación es distinta debido a la instrucción de diferentes costumbres que varían desde el idioma, la vestimenta, la alimentación y la forma de pensar. Para cambiar esta situación, Pandi cree que desde los hogares hay que rescatar lo que significa ser salasaka y cómo este pueblo se ha construido desde su misma esencia, llevando a cuesta cientos de años de conocimientos que han mantenido al ser humano sano en mente, cuerpo y espíritu.