Obras inconclusas crean malestar

ATILIO RUGEL ALBÁN

“No podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos”, Albert Einstein. Cuando quienes nos gobiernan no tienen una visión clara de lo que es hacer obras para encaminar al país por la senda del progreso, esto motiva que muchas de ellas queden abandonadas por una serie de impedimentos, aplazamientos que generan tensiones y revelan la sensación de dejar los problemas sin resolver, provocando malestar e insatisfacciones.

En Esmeraldas todavía hay un gran número de obras inconclusas y con los cambios de estación no solo dañan las calles que se convierten en verdaderos criaderos de vectores de enfermedades transmisibles y eso ocasiona el estresamiento de las personas que se ven impotentes ante la fuerza de la naturaleza, que muchas veces el agua penetra a sus habitaciones sin respetar horario y es que el drama se acrecienta por el pésimo estado en que se mantienen las vías por donde transitan personas, especialmente en zonas periféricas donde no llegan los carros y los habitantes tienen que salir con los zapatos en la mano cargando a sus hijos para que lleguen a la escuela, luego de atravesar sectores lodosos con aguas estancadas y exponiéndose a caer en algún hueco de los que se hacen constantemente.

Quienes conocen el país saben que Esmeraldas es una de las ciudades más atrasadas que existen por no decir la última, porque hasta las capitales provinciales del oriente ecuatoriano hoy son ciudades con calles pavimentadas, buenas edificaciones, museos, numerosos parques y centros de diversiones. No se diga las capitales provinciales de la Sierra que todas han alcanzado superarse y en la Costa donde se decía que Babahoyo quedaba atrás ahora luce como una ciudad que los turistas admiran. Esmeraldas apenas posee un parque central al que le falta mucho, otro en Las Palmas en las mismas condiciones y uno recreacional que queda corto si lo comparamos con los que hay en otras ciudades.

Cuando los turistas vienen aprovechando los feriados e ilusionados por nuestras bellas playas y balnearios de agua dulce, presentamos un horrible y feo espectáculo cuando se toma el desvío que está ubicado en la ‘Y’ del León para los principales cantones del sur, es bochornoso y da vergüenza que la recta de La Tolita y de San Rafael que une con la ‘Y’ de Vuelta Larga,’ es un camino destruido lleno de charcas y lodo en el invierno y polvoriento cuando cesan las lluvias. Qué decimos de los cantones Atacames con sus parroquias Tonsupa y Súa, y el cantón Muisne que lucen en similares condiciones, más allá de la infraestructura hotelera que hay en Atacames y Tonsupa donde se encuentra la edificación más alta del país.