El legado que deja Nicolás Kingman

DESPEDIDA. Ayer, en el campo santo Monte Olivo, en Quito, se veló a Nicolás Kingman.
DESPEDIDA. Ayer, en el campo santo Monte Olivo, en Quito, se veló a Nicolás Kingman.

Sus amigos y familiares lo recuerdan con numerosas anécdotas. Su estilo era único.

Hace dos semanas, Nicolás Kingman Riofrío caminaba por la Plaza Grande de Quito, cuando un hombre de canas se le acercó y le preguntó: ¿cuántos años tiene? “Tengo suficientes como para darte un yucazo”, fue la inesperada respuesta que dio el escritor, periodista, político y promotor cultural lojano.

El 18 de noviembre hubiera cumplido 100 años y, aunque las décadas pasaron, su temperamento irreverente se mantuvo hasta el día de su muerte.

Eduardo, uno de sus cuatro hijos, cuenta que su padre nunca pudo separar su vida íntima de su faceta de hombre público. “Tenía un inmenso don para relacionarse con los demás y generar espacios de diálogo. Descubrió que no era necesario ser trascendente”, comentó durante el velorio.

Ayer sus familiares y amigos se reencontraron con ‘Don Nico’ por última vez, no con nostalgia, pues él mismo huía de los pensamientos tristes, sino para rememorar sus vivencias y enseñanzas.

Su cuerpo yacía en un ataúd de madera, adornado con flores y rodeado de fotografías de su juventud; un retrato pintado por su hermano Eduardo; libros, algunos escritos por él y otros de Pablo Palacios, Demetrio Aguilera Malta y José de la Cuadra.

Una botella de ron, una Coca Cola y una pipa de madera acompañaban, como en buena parte de su vida, a Kingman. Además, una botella con una cartulina, en el otro costado del féretro, mostraba la frase: “Unas gotas de Mallorca Flores de Barril que se fue el último de los 30”.

Como para no olvidar sus pasiones, en el salón sonaba el tango ‘Madre Selva’, cuando Francisco el ‘Pájaro’ Febres Cordero, uno de sus amigos, puso a reflexionar a todos sobre el legado que deja Nicolás Kingman.

“Nos deja dos novelas, varios libros de cuentos, centenares de artículos en periódicos. Pero, sobre todo, lo que más nos deja es su voz; esa voz irrepetible que nos invitaba a transitar por los senderos más inexplicables”, señaló.

Chispa. Francisco, el ‘Pájaro’ Febres Cordero, fue el primero en hablar durante la velación en Quito.
Chispa. Francisco, el ‘Pájaro’ Febres Cordero, fue el primero en hablar durante la velación en Quito.

Agregó que Nicolás, con su escritura, y su hermano, Eduardo, “con su paleta mágica, nos pusieron a un Ecuador por delante, a la tristeza, a la alegría por delante”. Después, invitó a hacer “un brindis imaginario”.

Alejandro Querejeta, subdirector de La Hora, definió a ‘Don Nico’ como “un conversador ameno, pulcro, versátil, imaginativo, desbordante de simpatía, irreverente y teatral en todos los matices posibles”.

En dos décadas, ambos compartieron en el matutino, cuyas páginas dejó impregnadas -dice Querejeta- “con un humor corrosivo, pero elegante, cauto por más de una ocasión, develador de ridiculeces y desafueros de muchos protagonistas de una historia, la suya y la del país, que de esa manera era desacralizada”. (RVD)

‘Hemos perdido a un gran juglar’

Francisco El ‘Pájaro’ Febres Cordero
Escritor

° “Nicolás nos deja, sobre todo, su voz; que era una voz de narrador irrepetible. En las reuniones, él contaba las historias con una fantasía, con un prodigio, con una imaginación maravillosa. Se ha muerto para el Ecuador el último juglar, el último gran conversador, el último que hizo de la palabra un don. El ‘Nico’ comenzaba burlándose de él mismo para después burlarse de la realidad que le rodeaba. En Guayaquil también tuvo su época de formación literaria con el Grupo de Guayaquil. Él contaba que Joaquín Gallegos Lara fue quien le enseñó a escribir, le formó”.

‘Era un liberal de izquierda’

Adrián Bonilla
Académico

° “Es uno de los intelectuales importantes del Ecuador durante el siglo XX. Podemos destacar su enorme talento, su honestidad, su capacidad periodística, el hecho de haber aportado desde muy joven a la construcción de un sentido nacional y de haber sostenido varias iniciativas de comunicación. En la política y en la vida personal era una persona que usaba el humor y la sátira de una manera natural para relacionarse. Era una persona de letras y un gran conversador. Yo creo que él era un liberal de izquierda, una persona progresista en términos de su compromiso social y liberal en el sentido de la mantención de derechos primordiales y libertades”.

‘Fue creador de ‘Mortero’

Juana López Sarmiento
Directora adjunta de La Hora

° “Era un hombre que le daba vida a la redacción, con sus chistes, con su zalamería, con su forma de ser. Su oficina estaba en el segundo piso y cuando uno venía a las 08:30 lo primero que se percibía al entrar era el agradable aroma del café recién hecho. También el humo del cigarrillo. En sus 25 años como director de La Hora se creó la revista Judicial y la revista Cultural, además de El Mortero, que era una revista de sátira política en la que él escribía los contenidos que no gustaban a los gobernantes y ‘Chamorro’, nuestro caricaturista, dibujaba”.

‘Aportó a nuestra identidad’

Juan Paz y Miño
Historiador

° “Nicolás proviene de una familia que desde los años 30 dio un tono social al arte, a la literatura, a la expresión cultural. Eso quedó marcado. Es una persona que tenía esa cualidad de su generación, identificada con los postulados sociales, de querer transmitir hacia la ciudadanía lo que es el arte, la cultura, la creatividad, la literatura. Esa misión social supo cumplirla muy bien. Yo, como historiador, le ubico a Nicolás en un momento histórico especial de nuestro país; este hombre que supo hacer actividad cultural para generar conciencia de la identidad nacional”.