País infeliz

Por: Franklin Barriga López

La Red para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, por medio de estudios técnicos difunde la percepción que tienen las personas respecto a la existencia que les rodea.

En el reporte de este organismo (2018), el país peor evaluado en la última medición del índice de felicidad en América Latina, lo que significa el más infeliz del área mencionada, es Venezuela que, además, en las recientes declaraciones formuladas en Madrid, en la Casa de América, por Luis Almagro, secretario general de la OEA, fue catalogado como narcoestado.

Un país tan rico, especialmente en recursos naturales, que atraía la emigración europea y de otras partes del mundo, precisamente por su gran potencial en diversos órdenes, en la actualidad soporta verdadera crisis humanitaria que está repercutiendo directamente en Colombia, Ecuador, Perú, Brasil, Chile y Argentina, Panamá e islas caribeñas.

El éxodo es de millones de venezolanos que huyen en busca de mejores horizontes, acosados por un gobierno que ha sumido a la patria de Bolívar en la miseria, opresión y zozobra, al seguir ciegamente las consignas de modelos caducos, absolutistas, putrefactos. La ONU manifiesta que las crisis para los pueblos son ocasionadas por catástrofes naturales o por seres humanos. Es la segunda causa la que ha producido la anotada situación que no puede ser ocultada, en razón de su patético realismo, magnitud y complejidad. ¿Alguien de buena fe podrá encubrir o negar lo que está aconteciendo?

Es imprescindible que, a la brevedad del caso, llegue la ayuda internacional para sacar a la hermana nación del abismo en que ha caído, debido a las acciones de políticos incapaces y sin escrúpulos que quieren únicamente perpetuarse en el poder aplicando esas recetas que llevan a la penuria y el despotismo.

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